La revelación iba a desaparecer
El Lucentum Alicante es quinto en la Liga pese a estar en ley concursal Ha reducido un millón su presupuesto
El equipo revelación de la Liga española iba a desaparecer hace pocos meses. Así se lo aseguró el ayuntamiento de Alicante a Luis Castillo, presidente del Lucentum, el pasado verano. "Me dijeron que me olvidara, que el club estaba en la quiebra y no había remedio, que el equipo desaparecía... Pero nos resistimos. Eso no podía ser". El milagro de la resistencia es hoy quinto en el torneo, tiene la cuarta mejor defensa y desafía hoy (21.30, Teledeporte) al gigante Barça en los cuartos de la Copa. Sin olvidar las penurias, claro. En la cuenta del Lucentum hay nueve millones de deuda y la entidad está en concurso de acreedores. Pero al mal tiempo ha puesto buena cara. Su lema de este curso, Buenas Vibraciones, resume el optimismo y el sentimiento familiar que impregna la entidad.
"Tenemos hambre. Esa es la clave. Hay hambre en la pista y en los despachos", dice Castillo. "Y tenemos que acertar siempre. No se puede fallar. En mantener a Llompart, en traer a Ivanov... ¿Quién conocía a Singler en España? En los grandes el margen de equivocación es total. ¿No les gusta en jugador? Pues traen otro. Para nosotros cada fichaje ha implicado casi un consejo de ministros". El Lucentum ha reducido su presupuesto a los 3,7 millones, uno menos que el curso anterior, "y 10 veces menos que los grandes". "El objetivo es gastar solo lo que se ingresa. La plantilla vale un millón menos y tenemos mejores resultados. Muchos jugadores nos dijeron que no y ahora se arrepienten. Hemos marcado un límite salarial y no pasamos. El futuro del deporte pasa por ahí. Esto no es el fútbol, que ingresa 30 y gasta 75".
Tenemos hambre. Esa es la clave. Hay hambre en la pista y en los despachos"
En toda la temporada anterior, el Alicante sumó nueve triunfos. En esta ya lleva 13. Con un millón menos. Y después de vender a Singler al Madrid por unos 150.000 euros una vez iniciado el curso. A su marcha, curiosamente, le siguieron seis triunfos seguidos. "Somos una plantilla sin nombres, pero de muy buena calidad colectiva. No tener grandes estrellas no implicar no tener buenos resultados. Esa es nuestra realidad", razona el entrenador, Txus Vidorreta, que en noviembre de 2010 llegó a un equipo desahuciado, último, y lo ha reflotado. "Nuestro éxito viene por la defensa cuando los partidos se deciden. Por presupuesto, por plantilla, no nos podemos poner en manos de la inspiración de los jugadores, sino trabajar de forma coral. Llevamos cuatro meses de buenos resultados y eso es el mejor psicólogo. Solo no hemos podido ganar a los cuatro equipos con licencia Euroliga".
El Alicante jugó por primera vez en la ACB en la temporada 2000-2001, un equipo en el que jugaba José Manuel Calderón. Después de varios ascensos y descensos, ahora disputa su octavo curso en la élite. Tiene 2.500 socios, abonados en 80 municipios de Alicante, y un pabellón para 5.100 espectadores. "Somos muchísimo más modestos que los equipos con los nos codeamos. Nuestra seña de identidad es vender muy cara la derrota", añade Pedro Llompart, el capitán; "el listón de la garra y el sacrificio lo ponemos muy alto. Somos un equipo que no se conforma. No nos hemos relajado pese a ir bien. Tenemos un espíritu orgulloso. La modestia se ve en cada partido".
Así, con el búlgaro Ivanov al frente, el pequeño Lucentum reta esta noche al Barcelona. "Es misión casi imposible, pero no tenemos ninguna presión", asume Vidorreta. "Si ellos juegan al 100%, nosotros jugaremos al 150", acaba Llompart; "no tienen más ilusión que nosotros".
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