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fútbol
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El mismo Clemente de siempre

En la larga trayectoria del nuevo técnico del Sporting y exseleccionador español hay muchos antes y muchos después

Javier Clemente durante su presentación como nuevo entrenador del Sporting de Gijón
Javier Clemente durante su presentación como nuevo entrenador del Sporting de GijónPACO PAREDES (El Pais)

En la larga trayectoria de Javier Clemente en los banquillos de medio mundo hay muchos antes y muchos después. Hay un antes de su debut como técnico del Athletic que se corresponde con la lesión que segó su vida como futbolista y hay un después por la forma más traumática con la que quizá un entrenador ha dejado un banquillo, con una crisis social descomunal. Nunca en Bilbao tanto éxito (dos Ligas, una Copa y una Supercopa) fue seguido de tanta polémica, repetida en el Espanyol, en el que el éxito del subcampeonato en la Copa de la UEFA resultó no menos discutido.

Hay un Clemente de idas y vueltas en San Mamés y Sarrià. Pero, sobre todo, hay un Clemente antes de la selección española y después de ella. Su trayectoria da un vuelco y aquel técnico de éxito se convirtió en uno de urgencias llamado a restaurar las heridas que padecían equipos como el Betis, la Real Sociedad, el Tenerife, el Espanyol, el Athletic, el Murcia o el Valladolid, todas relacionadas con el riesgo del descenso. Los dirigentes no ven ya en él un entrenador innovador porque nunca lo fue (siempre creyó más en los futbolistas que en las tácticas), sino una hoja de servicios cada día más poblada de equipos y experiencias y un motivador con ese aire de tipo sencillo pero rudo. Un técnico de los de antes que, además, hace tiempo que no se asusta por los riesgos ni teme poner en peligro su imagen y su currículo. Por eso seguramente le ha llamado ahora el Sporting como desde 1998 le han llamado tantos otros con distintos resultados.

Es difícil que Clemente, a punto de cumplir 62 años, diga que no a una oferta de trabajo. Solo lo ha hecho en el extranjero cuando no le han permitido residir en España. Ni siquiera los descensos sufridos con el Tenerife, el Murcia o el Valladolid, cuando fue llamado a misiones casi imposibles, le tentaron para poner fin a una carrera tan dilatada.

De Clemente queda su espíritu indomable y su particular dialéctica, construida con poquísimas palabras. Futbolísticamente, no ha cambiado nada. Sigue concibiendo el fútbol del mismo modo que cuando empezó, con levísimas variantes en función del tamaño de la herida que deba curar y del tiempo que tenga para el tratamiento. Ante los debates sobre los dibujos tácticos, si jugar con extremos o sin ellos, rombos o cuadrados mágicos, exhibe esa sonrisa picarona y piensa: “¡Pamplinas!”. Sin embargo, sus llegadas a esos equipos en apuros suelen tener un efecto inmediato que luego, eso es otra cosa, se mantiene o no en el tiempo. Antes y después, a Clemente le ayuda y le persigue su personalidad más que su juego como entrenador. Ni lo uno ni lo otro han cambiado.

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