España se va en blanco

La derrota ante Dinamarca en las semifinales del Europeo de Serbia pesó como una losa en la mentalidad del equipo español cuando afrontó la disputa del bronce ante la combativa selección de Croacia. España salió apagada, falta de su garra tan habitual, falta de la consistencia que había demostrado a lo largo de todo el campeonato. Y Croacia no perdonó; marcó el ritmo del partido y se llevó la medalla que estaba en juego. España partió de Serbia en blanco, sin metal, tras haber realizado una escalada grandiosa hasta las semifinales.

"Es muy injusto", repetía Valero Rivera, el seleccionador español. Pero el deporte es así. El excelente balonmano que había jugado la selección en las dos primeras fases pareció esfumarse en los dos últimos encuentros, los más decisivos. En las semifinales, el ataque se estrelló contra la defensa danesa y aquello resultó una condena. Y en la disputa del bronce ante Croacia la cosa no mejoró.

España siguió luchando hasta el final. Mantuvo el espíritu, pero no tuvo el tono, ni el ritmo, ni la velocidad que le habían caracterizado. Fue una sombra de sí mismo. Y aunque buscó con ansiedad la victoria hasta el final, las diferencias en el marcador fueron siempre demasiado importantes para lograr la remontada. Croacia llegó a dominar por seis goles (16-22) y, aunque España se acercó hasta dos (24-26), nunca hubo la confianza ni la convicción necesaria para salir adelante.

El problema estuvo tanto en la defensa como en el ataque. Croacia fue desarbolando los esquemas de Valero Rivera, tanto el 6-0 como el 5-1, logrando penetraciones, buscando al pivote Vori o entrando por los extremos. En cambio, el ataque volvía a estrellarse una y otra vez en la defensa, falto de tiro exterior y permitiendo, con ello, un cerrojo absoluto sobre el pivote, Julen Aguinagalde. El desacierto de los extremos, además, ayudaba poco a encontrar soluciones. El único que funcionaba, Tomás, se lesionó tras marcar su cuarto gol.

Levantarse en estas condiciones era una misión heroica. Lo intentó Sarmiento (siete goles), pero estaba solo, faltaban brazos, faltaban ánimos, no había pasión. Y, poco a poco, el equipo fue cayendo en un agujero del que ya no pudo salir. España perdió. Croacia se aseguró la medalla, rememorando la plata que había ganado en los últimos dos Europeos. El mazazo fue excesivo para la selección de Valero Rivera. Las caras de los jugadores no engañaban en el centro de la pista. Y el banquillo, el seleccionador estaba todavía rememorando el partido, intentando encontrar las claves de una derrota que rondará un buen tiempo en la cabeza de los jugadores.

Ahora, España debe buscar su plaza olímpica en el torneo preolímpico que se celebrará en Alicante entre el 6 y el 8 de abril. Sus rivales serán Serbia, Polonia y Argelia. Los dos primeros, irán a Londres.