"En la derrota estoy yo solo"
Mourinho asume la "responsabilidad" y dice que algunos futbolistas no jugaron bien
José Mourinho irrumpió en la sala de prensa a grandes zancadas, como prusiano en un desfile. "¡Buenas!", dijo. Acababa de sufrir la tercera derrota consecutiva ante el Barcelona en lo que va de temporada. Su exposición inicial sobre el planteamiento táctico no escondió secretos. Resultó de una simplicidad penetrante: "Buscamos tener el control defensivo, marcar primero, y provocar que el adversario saliera en busca de la remontada y nos diera más espacios. Queríamos dejar el tiempo pasar, dejar al adversario sentirse en dificultades con un gol en contra. Por eso nos hizo daño el gol a balón parado".
El plan consistió en amontonar jugadores de corte defensivo, potentes, de grandes envergaduras, de los que agujerean el campo al caminar. El plan salió mal. El público se marchó a casa refunfuñando. Muchos gritaron cosas contra Mourinho, hasta ahora respetado como un ídolo por la afición. Después de nueve clásicos y una sola victoria con el técnico portugués al mando, la hinchada comienza a sospechar que algo no funciona. Algunos aprovecharon que vieron un micrófono para pronunciar su repulsa hacia la táctica defensiva del entrenador, que alineó a Pepe, Lass y Xabi en el centro del campo y dispuso que todo el equipo esperase al Barça sin salir a presionar. "Sí, yo entiendo", replicó Mourinho, cuando le comentaron las opiniones negativas de los seguidores. "Entiendo siempre. Pero no escucho. Ni antes ni después. Las responsabilidades son mías. Yo soy el responsable de mi equipo. Principalmente cuando mi equipo pierde. Cuando gana no. La victoria tiene muchos padres y la derrota tiene uno solo. Yo que estoy en el fútbol desde hace mucho tiempo lo entiendo perfectamente. La final de la Copa la celebramos todos y tenía muchos padres. En la derrota estoy yo solo".
Mourinho se presentó como víctima y único culpable. Defendió a Carvalho, Altintop y Cristiano. Acto seguido, en uno de sus repentinos giros contradictorios, lanzó una acusación velada hacia otros futbolistas, responsabilizándolos indirectamente por la derrota. Pero no dio nombres: ¿Benzema? ¿Sergio Ramos? ¿Higuaín? El mensaje en clave quedará para el consumo interno. "Carvalho y Altintop jugaron los dos muy bien", dijo. "Y algunos que normalmente juegan muy bien hoy no han jugado tan bien. Altintop ha hecho su trabajo muy bien, con un esfuerzo físico y psicológico muy grande. No ha sido por Carvalho y Altintop que hemos perdido el partido. No señalo a nadie. Se pusieron a disposición del equipo en un partido difícil, sin miedo y sin pensar en su protección personal. La cosa más fácil para Carvalho habría sido decir que no estaba en condiciones para jugar. Pero yo lo conozco y sabía que podía contar con él".
Mourinho explicó que, en su opinión, su estrategia funcionó a la perfección hasta el gol de Puyol. "Se había cumplido todo lo que buscábamos", afirmó. "Lo que no esperaba era comerme un gol a balón parado al inicio del segundo tiempo cuando estaba ganando por 1-0. En el primer tiempo hemos tenido dos o tres salidas de contragolpe en las que no ha entrado el último pase, pero si entraba... Ganábamos por 1-0. Un 1-0 es un mal resultado para el equipo que juega fuera de casa. Esperábamos un Barcelona más dominador, que corriera más riesgos y nos hemos comido un gol a balón parado. Si queremos ganarle al Barça no podemos encajar este tipo de goles".
"Así se explica el bajón en el segundo tiempo", prosiguió Mourinho. "Sabíamos que no podíamos cometer errores defensivos de ningún tipo. Sabíamos que un 1-0 es un resultado perfecto para nosotros. Pensábamos que íbamos a tener más espacios para contraatacar. Pero no nos habíamos sentado en el banquillo cuando ya íbamos 1-1. Lo hemos sentido psicológicamente y ellos se han crecido. El Barcelona lo sintió en el aspecto psicológico positivo y ellos se hicieron dueños del partido. Así llegó el segundo gol".
Alguien le preguntó que cómo se sentía. Miró fijamente a su interlocutor, como un hipnotizador, y zanjó: "Me siento genial". Al interrogante sobre el desenlace de la eliminatoria, contestó con laconismo: "Está abierta pero difícil. Por no decir muy difícil".
"Hemos dicho que la Copa era el tercer objetivo y que el campeonato es prioritario", finalizó el entrenador. "No lo hemos dicho ahora que perdemos, lo dijimos hace días. El partido contra el Athletic [el domingo] es más importante que este".
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