El Espanyol se despierta a tiempo
Un partido desnortado, con una manija cambiante y encajado en la volatilidad típica de la Copa, se decantó por un arreón del Espanyol que arrasó las aspiraciones del Juan sin Miedo del torneo, el Mirandés, cuando más cerca se veía de cruzar el bosque. Un resultado abierto que aun deberá pasar por el filtro del Estadio Municipal de Anduva, territorio hostil hasta el momento.
El Mirandés se plantó ayer en Cornellà con esa estampa de pecho descubierto. Sólido en las funciones básicas pero con vía libre para abrir las ventanas de par en par. Un estilo alejado de la categoría en la que milita. Con el balón como aliado y no como lanza, sin la necesidad de desplazarlo más tiempo del debido. La incapacidad para adivinar sus entretelas provocó en el Espanyol una sensación de desasosiego, de la que no se apartó hasta el final. Ni siquiera el dominio del balón ofrecía ninguna garantía. Tan solo Weiss, jugador más destacado y eje del ataque del equipo de Mauricio Pochettino, ofrecía algún tinte que descuadraba la paleta. Incisivo el eslovaco, arrastraba diagonales de trazo largo. Sin embargo, la escuadra moría desafilada. Nadie recogía el espacio a la espalda. Con la baja de última hora de Sergio García, que salió de la convocatoria tras confirmarse ayer que padece una lesión en el menisco y que pasará hoy por el quirófano, el joven extremo se vio obligado a soportar un peso al que no está aun acostumbrado. Con Thievy de falso extremo derecho, el apartado de la velocidad no se resintió pero sí el de la pausa, aun más importante.
ESPANYOL, 3 - MIRANDÉS, 2.
Espanyol: Casilla; Javi López, Amat, Moreno, Dídac (Rui Fonte, m. 69); Weiss, Forlín (Baena, m. 77), Romaric, Thievy; Verdú y Álvaro (Albín, m. 40) . No utilizados: Edgar; y Raúl Rodríguez.
Mirandés: Nauzet; Garmendia, Caneda, Corral, Raúl García; Iribas, Martins, Muneta (Nacho Garro, m. 65), Pablo Infante, Mújika (Lambarri, m. 68); y Alain (Aitor, m. 76). No utilizados: Murcia; y Barahona.
Goles: 0-1. M. 27. Alain. 0-2. M. 77 Pablo Infante. 1-2. M. 85. Weiss. 2-2. M. 87. Rui Fonte. 3-2. M. 89. Verdú.
Árbitro: Mateu Lahoz. Amonestó a Forlín y Martins.
Estadio de Cornellà-El Prat: 18.408 espectadores.
En medio de un dominio sin imposición, Forlín peinó hacia atrás un balón sin peligro que pasó entre las piernas de Moreno y que dejó sólo a Alain ante Casilla. Su disparo raso terminaba dentro de la portería y daba paso a la que parecía una nueva gesta del conjunto burgalés. Algo a lo que contribuyó también diez minutos más tarde la lesión de Álvaro, que caía al suelo aquejado de un pinchazo en el muslo. El héroe de Cornellà abandonaba el campo entre lágrimas, y limitaba las opciones de los blanquiazules.
Transcurrían los minutos y el Mirandés no se limitaba a resistir, tanto que era habitual ver a Pablo Infante ayudando al lateral como adentrándose en el área rival sin un suspiro de por medio. Un esfuerzo que se vio recompensado cuando Amat se quiso vestir con un traje de otra percha, la de Beckenbauer, que aun le queda grande, y regaló aun balón que Infante, que frío como el hielo, levantó por encima de Casilla, a un palmo de distancia. En ese momento el conjunto de Carlos Pouso se sintió grande.
Sin embargo, el sopapo iba a motivar una reacción en cadena. Primero con un saque en largo de Casilla que la defensa burgalesa no acertó a despejar y que Weiss trasformó por bajo tras engañar a Nauzet. Y después, en una internada de Romaric, Rui Fonte clavaba el gol del empate cuando apenas faltaban dos minutos para terminar el partido. Pero la Copa, indescifrable, sin memoria y cruel, no le tenía un lazo preparado al Mirandés. Verdú, se aprovechaba de un mal despeje para dar la vuelta al partido, con el tercer gol en cuatro minutos. Son los detalles de una competición inigualable, a la que mira de cara a cara el Mirandés y que sonríe al Espanyol.
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