"Estoy en lo más alto, creo más en mí mismo"
Por primera vez desde 2005, Djokovic desplaza a Nadal y Federer como favoritos a ganar el Abierto de Australia
El hombre que se presenta impolutamente vestido, americana oscura y camisa blanca, no es un hombre cualquiera: es el primero que ha logrado desplazar en el último lustro a Roger Federer y Rafael Nadal como favoritos a ganar el Abierto de Australia, que arranca el lunes. Novak Djokovic es ese tenista. Uno que llegó perdido a Melbourne en 2011 y que vuelve ahora a Australia como dueño de todas las brújulas. Uno que afronta 2012 desde el trono del número uno y la maravillosa precisión de su curso anterior, cargado de títulos grandes (tres), victorias de peso (seis en otras tantas finales contra el mallorquín) y golpes para el recuerdo. Uno que no compite desde noviembre, y que puesto frente a la presión del favorito se estremece. No es miedo. Es orgullo por el trabajo bien hecho: solo él ha conseguido ganar más de un grande desde 2005 sin apellidarse Nadal o Federer.
"Me siento en el momento álgido de mi carrera", argumenta Nole antes de abrir el Abierto de Australia (Canal+) contra el italiano Paolo Lorenzi. "Física y mentalmente estoy en lo más alto. Puedo jugar igual de bien en cualquier superficie, como demostré en 2011. En eso es en lo que estoy pensando. En eso estoy concentrado", continúa el campeón de cuatro grandes. "Los últimos años me dieron la experiencia que necesitaba, aprendí lo que hay que hacer en la pista y fuera. Maduré. Ahora me siento de una forma distinta cuando entro en la pista, y cuando preparo un grande. Creo más en mí mismo cuando salgo ahí fuera".
La caseta ha subrayado el punto de inflexión en la carrera del serbio. El escocés Andy Murray, derrotado por el número uno en la final de 2011, es el portavoz de esa teoría. "La gran diferencia entre el Novak de hoy y el anterior es la confianza, la fe en sí mismo", argumenta el número cuatro mundial, que esta temporada trabajará con el checoestadounidense Ivan Lendl. "No hubo grandes cambios técnicos en su juego", prosigue. "Obviamente, antes lo pasaba mal contra Rafa (Nadal) en las finales. Una vez que ganó la primera contra él (en Indian Wells 2011), logró la confianza que necesitaba y tuvo un año increíble. Jugó bien en los momentos necesarios".
Para ganar su quinto grande, Djokovic deberá volver a hacer eso. Jugar con precisión de cirujano allí donde los demás tiemblan. ¿Podrá alcanzar la excelencia de 2011? ¿Será capaz de volver a devorar a Nadal, otro titán, que debutará contra un rival de la previa? ¿Se cruzará de nuevo en su camino Roger Federer, dolido como está de la espalda? ¿Mantendrá Djokovic esa inspiración sublime y única con la que gobernó todos los puntos decisivos, sin que jamás el fuego de la presión le quemara? Como dijo él mismo después de recibir un pelotazo de Nadal mientras bromeaban en una exhibición para niños: "Todo es posible"
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