El Mallorca aplasta a la Real
El conjunto balear noquea al donostiarra con cuatro goles en apenas siete minutos
Siete minutos inauditos, siete minutos de arrebato que resumen la quintaesencia de la competición copera, dieron la clasificación al Mallorca cuando más hundido estaba. Los de Caparrós regresaron de Anoeta como perros apaleados, dolidos y avergonzados después de que la Real, sin apenas esfuerzo, les endosara un 2-0 que obligaba a la remontada. Por imagen, por actitud y por resultados, los cuartos de final se antojaban un objetivo imposible para el equipo balear, en su peor hora de la temporada. Más aún cuando, al cuarto de hora de juego en Son Moix, Ifrán puso el 3-0 en el global de la eliminatoria.
Pero sucedió lo nunca visto en la isla. Corría el minuto 34, la Real jugaba con el reloj a favor y la defensa donostiarra concedió una falta en la frontal. Un caramelo para el uruguayo Gonzalo Castro, que se calzó la zurda y coló el balón por la escuadra. A partir de ahí, el delirio en el campo, un festival de goles del Mallorca, y el hundimiento total de la Real Sociedad.
Mallorca, 6; Real Sociedad, 1
Mallorca: Calatayud; Zuiverloon (Company, m. 46), Crespí, Nunes, Bigas; Alfaro, Pina, Martí, Castro (Tejera, m. 85); Ogunjimi (Nsue, m. 62) y Hemed. No utilizados: Aouate; Marí, Abdón y Álvaro.
Real Sociedad:Zubikarai; Estrada, Demidov, Í. Martínez, De la Bella; Elustondo, Mariga (Griezmann, m. 61); X. Prieto (Aranburu m. 61), Zuturuza (Agirretxe, m. 69), Vela e Ifrán. No utilizados: Toño; Ansotegi, Cadamuro y Bergara.
Goles: 0-1. M. 15. Ifrán. 1-1. M. 34. Castro, de falta. 2-1. M. 35. Hemed, de buen tiro. 3-1. M. 37. Nunes, de cabeza. 4-1. M. 40. Castro, tras robar la pelota a Zubikarai. M. 53. 5-1. Alfaro, de cabeza. 6-1. M 58. Hemed, de vaselina.
Árbitro: Ayza Gámez. Amonestó a Alfaro, Pina y Calatayud.
Iberostar Estadi: 6.950 espectadores.
En los minutos siguientes, Zubikarai no hizo más que recoger pelotas de la red. Hemed le batió desde fuera del área, Nunes lo hizo de cabeza a la salida de un saque de esquina y, en pleno desconcierto, con un despiste de colegial, el propio portero facilitó el cuarto tanto tras un despiste mayúsculo que aprovechó Castro, una diana que cambiaba definitivamente el signo de la eliminatoria: tras blocar un balón, el meta lo dejó inocentemente en el suelo, sin advertir que Castro permanecía a sus espaldas. El uruguayo no tuvo más que burlarle, recogerla y empujarla hacia la puerta vacía.
En los banquillos, Montanier asistía atónito a la absoluta disolución de su equipo, mientras que Caparrós enloquecía y ordenaba contención. Los escasos 7.000 espectadores desperdigados por la grada en una noche especialmente fría se frotaban los ojos y se llevaban las manos a la cabeza.
Resuelta la clasificación, ante un rival aniquilado por K.O., el Mallorca entendió que el partido se había convertido en una ocasión inmejorable para curar sus heridas y recobrar la moral perdida (el próximo sábado reciben al Real Madrid en la Liga). Todo el mundo se apuntó a la fiesta. Todos los futbolistas de rojo parecían en estado de gracia. El israelí Hemed, que hasta este duelo solo había marcado de penalti, hizo doblete picando con elegancia por encima del portero. El canterano Biel Company, en su debut, se inventó un pase de lujo para que Alfaro ,una de las incorporaciones más cuestionadas de este curso, cabeceara con precisión a gol. La resurrección del Mallorca llegó en el momento más inesperado con una victoria aplastante, de locura.
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