La sonrisa de Ricky Rubio

Ricky Rubio se convertirá esta noche (ante la Oklahoma de su compañero de selección Serge Ibaka -02.00, Canal+ Deportes-) en el undécimo jugador español en pisar una cancha en la NBA. Su estreno, además, solo admitirá la sombra de Pau Gasol -que fue número tres del draft de 2001, por el quinto lugar que ocupó el base en 2009- a la hora del revuelo mediático propiciado por su desembarco en la Liga. Desde su fulgurante aparición en la ACB, el talento precoz del jugador de El Masnou ha provocado riadas de tinta en la prensa especializada norteamericana. Años de cálculos, especulaciones y proyecciones sobre su posible techo que hoy comenzarán a materializarse.

"Tiene el carisma", rezaba un artículo del New York Times publicado tras los dos primeros amistosos disputados por Ricky, "hizo tantos pases inteligentes sin mirar y por detrás de la espalda que en el cuarto periodo los aficionados ya cantaban 'Olé' cuando hizo un alley-oop". Entusiasmo que también han mostrado sus compañeros. "Ni siquiera le gusta mirar cuando pasa, incluso cuando es un pase sencillo. Es alguien a quien te tienes que acostumbrar o si no el balón te terminará dando en la cara", le piropeaba el jugador franquicia de Minnesota, Kevin Love, elogiando su imaginación. SLAM, una de las revistas de baloncesto más prestigiosas del Estado Unidos, recogió más halagos en boca de Anthony Tolliver, otro compañero, tras preguntarle cuántos "pases locos" había dado Rubio. "Todos. Cada uno de ellos. Es una locura. Sus pases normales son como 'Guau'. Tiene una las mejores visiones de la pista que haya visto". Pero no solo le han aplaudido su imaginación con la pelota. "Sin el balón es mejor que con él. Le gusta defender. Eso es lo importante", sentenció el puertorriqueño Juan José Barea, que competirá con el catalán por el puesto de base.

El entusiasmo por las primeras impresiones de Rubio en la pretemporada ha sido generalizado e incluso algún analista se ha atrevido a pronosticar que será el mejor novato del año, como es el caso de Lee Jenkins, de Sports Illustrated: "No anotará mucho y a veces lo pasará mal para defender, pero será uno de los mejores pasadores de la Liga. Preparaos para unas estadísticas similares a las de Rajon Rondo y para un impacto similar en Minnesota al que tuvo Rondo [en Boston]". Así ha ocurrido entre los seguidores del equipo, muchos de los cuales ya llevan su nombre a la espalda. "Rubio está aquí y su camiseta es la cosa más de moda desde que la gente llegó a pelearse a puñetazos por la de Randy Moss en 1998", ha asegurado un artículo de la ESPN. "Hay mucha expectación sobre Ricky. Nuestro trabajo inmediato es buscar situaciones en las que pueda sacar ventaja de las habilidades que tiene y dejarle mejorar en el resto de áreas. Pero antes tenemos que darle una oportunidad de tener éxito", ha explicado Rick Adelman, entrenador del equipo.

"Ricky, en este momento, es el ojo derecho de los medios. Espero que siga así, porque eso significará que está jugando bien", ha añadido Kevin Love. Pese a la presencia en el equipo del ala-pívot y de Derrick Williams, el número dos del draft del año pasado, los Wolves no han dudado en dar un lugar de privilegio al catalán en la publicidad del equipo, como recogía un artículo de FOX. "Sí, los Timberwolves quizás ya están promocionando al base español de 21 años como la nueva cara de la franquicia. Durante los tres años anteriores, ese título perteneció a la máquina reboteadora de Kevin Love. Pero ahora que el hábil pasador se ha unido a la pelea, todo está cambiando". Pese a ello, el presidente del equipo, David Kahn, ha asegurado que no quiere excederse a la hora de venderle en anuncios. "Sería un terrible error. Suscribo la vieja teoría de prometer de menos y rendir de más. Desgraciadamente, en esta época de Youtube esto es difícil porque la gente tiene muchas expectativas. Pero si hay un chico que pueda soportarlo, ese es Ricky, por todo lo que ha pasado".

Su valoración en la NBA no parece haberse resentido por su decepcionante último año en el Barcelona, en el que ha reconocido que llegó a obsesionarse por su falta de acierto de cara al aro, pero Ricky Rubio necesita devolver la sonrisa a su juego, que el pasado curso cambió la fantasía por los tonos grises. Alegría que necesita trasladar también al equipo, que el año pasado logró el peor balance de la Liga (17 victorias y 65 derrotas) y que desde 2004 no se mete en playoffs. Anímicamente, los Wolves parecen haberse rearmado, gracias en parte a su llegada -no vendían tantas entradas desde la campaña 2005/06-, aunque de momento su nombre no parezca figurar en el quinteto inicial. En principio, hoy partirá como suplente, con Luke Ridnour y Barea por delante en la rotación (aunque Adelman se ha mostrado predispuesto a compaginarles en la cancha). La primera escaramuza de su batalla por los minutos; la primera pelea de su guerra por triunfar en la NBA.