La clase media se reivindica
La victoria del Barça con goles de Adriano (2), Maxwell y Keita revaloriza la labor de los jugadores secundarios
"Es la primera vez en mi vida que me pasa algo así y no me hace feliz porque ahora mismo solo me preocupa el amigo Guaje", confesó Adriano, autor de dos goles en el partido de ayer. Pasó Abidal por la zona mixta y, mientras atendía a las radios, le agarró la cara con su enorme mano derecha y le restregó la nariz al grito de: "¡Goleador!". Acababa de convertirse en el máximo goleador del Barcelona en la historia del Mundial de clubes, empatado con Messi y Pedrito, también con dos tantos en la competición intercontiental.
Mientras, Maxwell, que marcó el cuarto tanto de la semifinal, estaba pasando un control antidopaje. Entre los dos reivindicaron ayer el papel de la clase media con el rasgo más vistoso: el gol. No necesitaban algo así para sentirse valorados y respetados dentro del vestuario, pero destaparse al resolver la semifinal como lo hicieron les pone, por una vez, bajo el foco.
Keita, balón de oro africano del año, también marcó. El maliense vive en la franja de los jugadores más utilizados por Guardiola, pero también responde al perfil medio, mediáticamente hablando, de una plantilla en la que caben muchos egos. Los que se zampan las portadas a bocados y los que saben dónde están y lo bien que se está. Keita le dedicó el gol a Tito Vilanova, seguramente por el tiempo que el segundo entrenador estuvo a su lado para que entendiera cómo se respira en el vestuario de este Barça. A Maxwell, que jugó en el Ajax, no le hizo falta. "Llegó enseñado", dicen en el cuerpo técnico. Por el contrario, Adriano generó dudas por sus problemas físicos, pero principalmente por los 10 millones de euros que el Barcelona pagó por él al Sevilla.
Adriano es, precisamente, uno de los futbolistas con menos minutos disputados este curso, pero se reivindica cuando juega. Este año ya había decidido un partido en Gijón. Y suma en total tres goles, cuando el curso pasado solo anotó uno en todo el curso. Su eficacia goleadora le sorprende a él mismo: había rematado tres veces y llevaba un gol. Ayer remató en cuatro ocasiones y acertó en dos, una con la ayuda del portero.
"La incidencia del entrenador en el primer gol es cero", dijo Guardiola cuando se le preguntó por lo extraño de que tres de los cuatro goles los marcaran dos laterales. Es casualidad que hayan sido ellos quienes han marcado, aunque en realidad, si bien Adriano es lateral, "ha jugado de extremo", puntualizó el técnico. "Así es más fácil marcar. Estás más cerca del gol. Estoy feliz por jugar y porque Guardiola tenga la confianza de ponerme", añadió el brasileño. Guardiola cree en la clase media.
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