El Málaga ve la luz tarde
Los de Pellegrini conceden un punto a Osasuna en un primer tiempo seco de ideas
El Málaga jugó contra Osasuna la que quizá sea su segunda parte más lúcida en lo que va de Liga en La Rosaleda. Sin embargo, todo el esfuerzo, merecedor de mayor premio, solo sirvió para maquillar el marcador. En la primera parte, los de Pellegrini se vieron ofuscados por la solidez defensiva y la enorme disciplina táctica de Osasuna, un equipo que se repliega a la velocidad del rayo y cuyos jugadores, cuajados de oficio, saben en cada momento a quién tienen que tapar y cómo. El Málaga, cortocircuitado, fiaba su suerte a jugadas ensayadas y a tiros lejanos. La única jugada de peligro malaguista del primer acto -una perfecta volea de Monreal al palo a pase de Isco- tuvo una continuación inesperada. Ibrahima, tras el saque de un córner -benditas jugadas a balón parado para Osasuna- aprovechó un barullo en el área y marcó el tanto visitante. Desde ese momento y hasta el descanso, el Málaga quedó varado.
MÁLAGA, 1 - OSASUNA, 1
Málaga: Caballero; Sergio Sánchez, Weligton, Demichelis, Monreal; Isco, Duda (Joaquín, m. 46), Toulalan, Cazorla; Sebastián Fernández (Juanmi, m. 61) y Rondón.
Osasuna: Andrés; Rovérsio, Sergio, Flaño, Satrústegui (Raitala, m. 57); Timor, Puñal, Lolo (Torres, m. 71), Lamah (Cejudo, m. 76); Ibrahima y Nino.
Goles: 0-1, M. 33: Ibrahima. 1-1, M. 70: Juanmi.
Árbitro: Estrada Fernández (Colegio Catalán). Mostró tarjetas amarillas al malaguista Sergio Sánchez (m. 64), y al visitante Satrústegui (m.19).
28.000 espectadores en La Rosaleda.
Con la entrada de Joaquín tras la reanudación, los locales desataron un diluvio de internadas con peligro por ambas bandas. Un asedio de auténtica pesadilla para los laterales navarros, que veían cómo Rondón llegaba por la derecha y por la izquierda y daba excelentes centros, y cómo Isco -presente en todas las jugadas afortunadas del Málaga- hacía bueno cada uno de los seis millones que ha costado al jeque Al-Thani.
En ese segundo acto, el Málaga fue un prodigio de combinación, desparpajo, velocidad y fuerza. En el 58, Seba desaprovechó un centro franco de Rondón. Un minuto después, solo un acierto de los centrales navarros Sergio y Flaño evitó el tanto del venezolano. En el 65, Isco, desde fuera del área, lanzaba un balón junto al palo derecho de Andrés... El acoso retenía a los de Mendilibar, prisioneros en su área, a la espera del gol inevitable.
El espectáculo, un verdadero goce para la grada, no tardó en ser recompensado. Tras solo ocho minutos en el campo, el canterano Juanmi, hasta ayer esquinado por Pellegrini, aprovechó un pase de Sergio Sánchez, otro poco habitual en los onces del Ingeniero, y batió a Andrés. El Málaga porfió, pero las fuerzas, derrochadas en la abulia inicial, no le acompañaron.
