El Villarreal no se encuentra
La Real empata en El Madrigal tras media hora en desventaja numérica
Ni con una puesta en escena en un principio acorde con lo que pretende ser y siempre ha sido, ni con arrebato y pasión a última hora, al Villarreal le alcanzó para derrotar a una Rea Sociedad correcta, con escasa ambición y que supo resistir con cierto orden y fortuna media hora final de asedio del conjunto castellonense, cuando el equipo de Montanier disponía de un jugador menos tras la expulsión de Elustondo. Al Villarreal le faltó ritmo en una primera parte insustancial y tacto y precisión cuando apretó después de conceder ventaja a una Real que se llevó el modesto botín que pretendía.
Para recuperar sensaciones y hábitos, Garrido recurrió a los clásicos, con Senna y Bruno en el eje y Borja Valero y Cani en los costados, con tendencia a centrar sus acciones, intercambiar posiciones y asociarse. De los nuevos, ante la Real solo Zapata tuvo cabida en un once reconocible para un encuentro en el que le iba la vida al Villarreal y posiblemente a su técnico, con quien la grada no comulga y que le recriminó los malos resultados al final. Con tales mimbres, el esférico y el juego resultaron capitalizados por el Villarreal, con una Real a la espera y sin perder la compostura ni las formas.
VILLARREAL, 1 - REAL SOCIEDAD, 1
Villarreal: Diego López; Ángel (Camuñas, m. 62), Zapata, Gonzalo, Joan Oriol (De Guzmán, m. 69); Borja Valero, Senna, Bruno, Cani; Nilmar (Joselu, m.69) y Marco Ruben. No utilizados: César; Marchena, Mario y Hernán Pérez.
Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Mikel González, Iñigo Martínez, Estrada; Elustondo, Aramburu; Carlos Vela (Xabi Prieto, m. 81), Zurutuza (Cadamuro, m. 75), Griezmann; y Aguirretxe (Mariga, m. 66). No utilizados: Toño Ramírez; Demidov, Ifrán y Pardo.
Goles: 0-1. M. 50. Aranburu. 1-1. M. 70. Marco Ruben.
Árbitro: Undiano Mallenco. Expulsó por doble amonestación a Elustondo (m. 60). Mostró cartulina amarilla a Mikel González, Zurutuza, Elustondo, Zapata y Joan Oriol.
Unos 15.000 espectadores en El Madrigal.
Recobrado en parte el estilo, al Villarreal le faltaba ritmo en el despliegue y precisión en los pases. Nada parecía sorprender a la Real, impasible con lo que acontecía, esperando su momento y que el conjunto castellonense se desquiciara fruto de su ineficacia. El paso de los minutos beneficiaba al grupo de Montanier, que en los dos partidos precedentes había conseguido exprimir al máximo el final de los encuentros. Esta vez la Real sacó jugó al inicio de la segunda parte, tras un contragolpe finalizado con paciencia y habilidad por Aranburu, después de que el Villarreal a punto estuviera de adelantarse en el marcador.
En el peor marco posible para el Villarreal, a la Real le dio por flagelarse, y fue expulsado Elustondo por doble amonestación. Al Villarreal, y quizás a Garrido, le quedaba media hora por delante para revertir una situación creada más por su propia impotencia que por los méritos de una Real cómoda y expectante. Se lo jugó todo por el todo el técnico amarillo prescindiendo de sus laterales para dar cabida a Camuñas y De Guzmán. Fuera de foco y de forma, también Nilmar abandonó el terreno de juego por Joselu. El canterano, en el primer balón que tocó, asistió a Marco Ruben para que empatara en boca de gol. Nacía un nuevo partido en una sola dirección. Lo que no le conduzco la ortodoxia, el Villarreal lo pretendió alcanzar con la pasión ante una Real que se dedicó a sobrevivir.
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