Van Persie embellece la historia

La historia, aunque un tanto confusa, empezó el 1 de diciembre de 1886, cuando 15 trabajadores pusieron cada uno de su bolsillo seis peniques para comprar un balón y crear el Dial Square, apenas siete días después el Royal Arsenal y ahora, 13 Ligas, 10 Copas y 125 años más tarde, el Arsenal Football Club. Y cuenta con un delantero que puede batir los mejores registros goleadores durante un año. No ya solo del club, sino de la historia de la Premier: Robin Van Persie. Contabiliza el delantero 33 goles en 32 encuentros, a solo uno de la marca del también gunner Henry (2004) y a tres del récord de Alan Shearer, que consiguió 36 redes en 1996 con el Newcastle. Le quedan cuatro encuentros -a domicilio ante el Manchester City y Aston Villa; y en casa ante el Wolves y el QPR- para firmar la temporada perfecta, al menos a nivel individual, toda vez que el equipo ha perdido la fórmula del éxito. Algo que llegó a tener, sin embargo, el técnico Arsène Wenger, que le dio un vuelco a la historia.

Nacido el club con camisetas rojas por regalo del Nottingham Forest en el sudeste de Londres, en el barrio de Woolwich, esperó poco para desplazarse al norte, a Highbury, en 1913. Lo que tardó el presidente Henry Norris, diputado conservador con todo tipo de contactos y favores -por algo se le conocía en esas épocas al club por Banco de Inglaterra-, en lograr unos terrenos para el nuevo estadio. Un gesto que le enemistó por siempre con el nuevo vecino Tottenham, quizá acrecentado porque Herbert Chapman -entrenador famoso por la táctica WM, entre otras cosas- consiguió que fuera el único club con parada de metro propia, algo único en Inglaterra. Welcome to Highbury. The house of Football, se leía en el túnel del metro, adornado con pintadas sobre jugadores, alineaciones, leyendas... Ahora, sin embargo, tampoco se juega al fútbol en el antiguo Highbury, reconvertido a edificios de lujo. El balón corre sobre el tapete del Emirates Stadium y tiene un estilo propio, además de un delantero letal.

No hace tanto, al Arsenal se le conocía como Boring Arsenal, equipo aburrido. Era la década de los 80, un legado de George Graham, que entendía el fútbol como algo contrario al espectáculo, con un juego tosco, un tanto mezquino, siempre con victorias por la mínima. Pero un partido, una derrota ante el Zaragoza con el recordado gol de Nayim desde el centro del campo, en la final de la Recopa de 1995, cambió la historia del club. "¿Arsène, Who?", titulaba algún diario británico tras la llegada de Wenger al banquillo. Pronto lo supieron. En un fútbol tan condescendiente con las juegas y broncas nocturnas, los tragos largos y la grasienta dieta británica, Wenger cortó de raíz los malos hábitos, como con Tony Adams, Merson y Parlour, descarrilados. E instaló una idea de juego, basada en el toque poco vista en la Premier.

La propuesta funcionó, con su cénit en la temporada 2003-04, cuando no perdió partido alguno en la competición doméstica. Cuando Lehmann detenía, Campbell frenaba en la zaga, Vieira organizaba, Pirès hacía de ingeniero y Bergkamp y Henry goleaban. Era el fútbol revolucionario en la isla, con más pases que patadas, con un ataque reflexivo, también vertiginoso. Ahora el ideario de Wenger ha perdido fuerza, sobre todo porque lleva desde 2005 (FA Cup) sin ganar un título. Pero Van Persie ha recogido ya el testigo del que fuera nombrado el mejor jugador en la historia del club, Henry. Lo hace a base de goles.

"Son dos delanteros similares", reconoció esta semana el entrenador gunner; "porque no empezaron como goleadores, porque son creativos y no solo finalizan las jugadas. Pero ambos, con los años, han aprendido el arte del gol". Solo hay que ver el que le endosó -la red 33 del curso- al Everton (1-0). Arteta, que se medía con su exequipo, envió el balón a Song, que dio dos pasos y, desde la zona de tres cuartos, tiró un pase alto y en profundidad a RVP, que se desmarcó de dentro para afuera para despegarse al central, que empalmó la pelota con la zurda sin que tocara el suelo, directamente al palo opuesto, a gol. Una diana que es, si se cuenta todo el 2011, la número 46 (seis son con Holanda). Por eso es el pichichi de la Premier, con 15 redes, seguido por Agüero (City), Demba Ba y Rooney, que suman 11 goles. Nada mejor para celebrar, aunque sea en la tercera casa, los 125 años del Arsenal.