Reyes y el Atlético, una relación de amor y odio
El presidente del Galatasaray afirma que el club madrileño está conforme con el traspaso del extremo, descontento en el Manzanares por su mala relación con Manzano
Cuando el pasado domingo Reyes fue sustituido a 20 minutos del final en el duelo ante el Rayo, el Calderón volvió a manifestar su apoyo incondicional al extremo utrerano. El grito "¡Reyes, Reyes!" se alternaba con los cánticos de protesta contra Manzano, responsable, según la afición del Atlético, de haber tratado mal a uno de los futbolistas más talentoso del Manzanares. Pese a que la grada le refrende cada vez que tiene la oportunidad -fue ovacionado también cuando salió al campo en el anterior duelo doméstico ante el Levante- el ex del Sevilla, Arsenal, Real Madrid y Benfica parece haber tomado la decisión de dejar la disciplina colchonera. Al menos según las palabras de Ünal Aysal, presidente del Galatasaray, que está cortejando al jugador para que desembarque en Estambul. "El Atlético ya había aceptado nuestra propuesta, pero Reyes estaba dubitativo ante la perspectiva de venir a Turquía. Ahora, sin embargo, el futbolista ha cambiado de actitud", declaró el directivo en una entrevista con la televisión estatal turca TRT.
Según las palabras de Aysal, la única persona que puede impedir que la aventura de Reyes en tierras otomana se haga realidad es el técnico del Galatasaray, Fatih Terim. "El precio no es un problema. La única pregunta es si necesitamos a Reyes o no. Es algo que nuestro entrenador decidirá", afirmó el presidente turco; "lo que no haremos es meter a un jugador que nuestro entrenador no quiera". El traspaso se cifraría en los cuatro millones de euros, es decir, un tercio de lo que el Atlético pagó al Galatasaray por Arda Turan el pasado verano, según Aysal. En la presentación del nuevo estadio del Atlético, que tuvo lugar pocas horas después de que se difundieran las palabras del número uno del Galatasary, algunos aficionados se acercaron a Reyes. "Aprovechamos para sacarnos una foto contigo antes de que te vayas", le dijeron. El jugador guardó silencio.
La relación entre Reyes y Manzano se quebró a finales de octubre, cuando el utrerano insultó al técnico después de que este le sustituyera en el choque liguero contra el Athletic en San Mamés. Hasta ese día, el extremo era el único jugador de campo del Atlético en haber disputado todos los encuentros de la Liga, siete de titular y dos como suplente. Después, fue excluido de la siguientes tres convocatorias, la primera por decisión técnica y las otras dos por una gripe, y se sentó en el banquillo en otras tres ocasiones, jugando media hora, decisiva, ante el Levante, y un cuarto de hora contra el Madrid cuando el derbi ya estaba decidido. Manzano intentó quitar hierro al asunto cada vez que se le preguntaba por el 10 -"No hay caso Reyes" dijo una y otra vez- pero finalmente declaró que el club estaba "abierto a todos los movimientos de mercado" cuando le preguntaron sobre una posible despedida de Reyes en invierno.
En el caso de que la operación se cerrara, Reyes abriría, con 28 años, otro capítulo de su inquieta carrera. Después de despuntar en el Sevilla, Reyes se fue al Arsenal en 2004. Con los gunners arrancó como un ciclón y alcanzó la titularidad en la selección. La aventura inglesa terminó más por la dificultad de ambientarse de su familia, con la que se mudó a Londres, que por su rendimiento en el campo. De vuelta a España, en 2006, vistió la zamarra del Madrid, pero allí, pese a la confianza de Capello, entrenador blanco, se vio superado por Robinho y Beckham. En 2007 saltó al otro lado del Manzanares, donde se quedó los últimos cuatro cursos y medio, excepto un año (2008-2009) en el Benfica, donde coincidió con Quique Sánchez Flores, el entrenador que más supo congeniar con él. El Calderón le recibió fríamente y hasta con hostilidad por su pasado en Chamartín. Desde las gradas llovieron sobre él toda clase de insultos que con los años se trasformaron en ovaciones, coma las que se está llevando en estos días de guerra fría con Manzano.
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