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Federer doblega a Ferrer

El suizo recupera el número tres y llega a la final tras ganar al español (7-5 y 6-3) en un intenso partido

En nueve minutos, los sueños de toda una carrera. David Ferrer le echa un pulso al suizo Roger Federer en las semifinales de la Copa de Maestros. Nunca le ha vencido en los 11 encuentros previos. Solo le ha ganado tres mangas en todos esos duelos. En lugar de dimitir, sin embargo, el alicantino se agarra a sus sueños. Primero (2-2, 30-40), negocia una bola de break en contra subiendo a la red y negándola con una volea impresionante. Luego, provoca con su derecha alta un error tras otro del revés del exnúmero uno. Finalmente, con 5-4 a su favor, enseña los dientes: durante nueve minutos aprieta un juego al saque del suizo que marca el partido. Son cinco deuces (5-4, 40-40). Cinco ocasiones para la bola de set a favor del español. Cinco veces que Ferrer, fallón con el revés, se queda a dos puntos de hacer suya la primera manga. Negado el premio, el número cinco entrega su siguiente servicio, y Federer se lanza a por la victoria (7-5 y 6-3), que le da el número tres mundial y la posibilidad de defender su título de 2010, en su final número 100, y contra el ganador del Jo-Wilfried Tsonga-Tomas Berdych (21.00, Canal+/Tdp).

Ferrer estuvo intensísimo, a la altura de sus fenomenales actuaciones frente al serbio Novak Djokovic y el escocés Andy Murray. Huérfano del saque que le distinguió en aquellos encuentros (77% de puntos ganados con primer saque por el 55% de ayer), ante el suizo explotó al máximo su movilidad para rodear la pelota y golpear cuantas más pelotas mejor con su derecha. Durante largos tramos del cruce, Federer quedó encerrado en la esquina de su revés, incapaz de dictar los intercambios. En esos momentos, se apoyó en su buena tarde al servicio (cinco aces en la primera manga) para vivir con comodidad los juegos bajo su dominio. Hasta el 5-4 de la primera manga, Ferrer, que cerró el partido sin echarse una bola de break a la boca, apenas encontró cómo hacerle cosquillas.

El suizo, gran dominador de la temporada bajo techo, en la que ya ha conquistado los títulos de Basilea y París, no le perdonó que desaprovechara su oportunidad y demostró el por qué de sus últimos éxitos. Nadie en el mundo puede jugar tan rápido como él. Nadie puede hacer más cosas cuando la pelota camina a la altura de la cintura. Nadie como Federer para cambiar el ritmo, empujando hacia el fondo con golpes planos al rival y luego exigiéndole que se adelante con sutiles bolas a media pista.

Como en 2010, el suizo tiene ahora la oportunidad de cerrar con un gran título una temporada decepcionante para sus estándares, sin ningún trofeo del Grand Slam. Ferrer, que ahora afrontará la final de la Copa Davis con España y contra Argentina, la despide como siempre: con resultados excelentes y partidos memorables, pero sin un gran título a la altura de su esfuerzo.

Federer, durante la semifinal contra David Ferrer.
Federer, durante la semifinal contra David Ferrer.JULIAN FINNEY (Getty)

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