Un Betis de dos caras
Después de cuatro victorias en cuatro jornadas, el conjunto andaluz sufre cinco derrotas seguidas con solo un gol a favor
No es la primera vez que un equipo que ha sido líder de la Liga encadena luego cinco derrotas consecutivas. Le ocurrió por última vez al Athletic, en la temporada 88-89, cuando después de ser líder de la tercera a la quinta jornada se despeñó con cinco derrotas consecutivas. Más o menos lo que le ha pasado a este Betis, líder en solitario después de cuatro victorias en los cuatro primeros choques y sumido ahora en una depresión después de consumar en Barcelona, ante el Espanyol, la quinta derrota seguida y ser el décimo clasificado con 12 puntos. "El beticismo debe estar tranquilo y confiar en estos jugadores, que son los mismos que lograron el ascenso. Tenemos argumentos para no sufrir", proclama Pepe Mel, el entrenador, desde tierras catalanas, donde permanecerá el equipo bético antes de partir hasta Santander. Allí se enfrenta el domingo al Racing.
El efecto sorpresa se ha diluido. El Betis que ganó a Granada, Mallorca, Athletic y Zaragoza descubre que sus rivales saben cómo jugarle. Por ejemplo, tapando a Beñat y Salva Sevilla, los dos medios con más talento. Sin ellos, el conjunto de Mel se vulgariza.
Y su defensa, lenta y poco contundente, sufre demasiado. Además, el ataque se ha secado. En los últimos cinco partidos solo ha conseguido un gol, de Jorge Molina en el Bernabéu. Rubén Navarro logró los goles del triunfo frente a Granada y Mallorca, pero una lesión en el tobillo frustró su buen rendimiento. El canario no marca desde la segunda jornada, mientras que Santa Cruz, que anotó dos goles en el triunfo contra el Zaragoza en la cuarta, tampoco ve puerta aunque es el fichaje que mejores sensaciones ha ofrecido. Del resto de refuerzos, solo el lateral Chica juega siempre. Matilla, el único por el que el Betis pagó traspaso, no cuenta para Mel, mientras que futbolistas como Mario, Amaya, Jefferson Montero, Tosic y Ustaritz entran y salen de las alineaciones.
El último síntoma de confusión lo ofreció el propio entrenador, Mel, ante el Espanyol. "Jugamos al cero a cero", reconoce el entrenador, lo que parece una traición a sus principios. El Betis más competitivo se ha visto cuando apostó por conservar la posesión del balón y la presión adelantada. Pero contra el Espanyol se plantó en su propio campo y llegó poco al área rival: solo ocho remates, la peor cifra de su temporada, por los 20 ante el Mallorca, los 20 contra Levante y 17 frente al Rayo. "No se puede dudar de nosotros", contraataca Mel.
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