Sergio García vacía al Racing
Un fallo defensivo condena al conjunto cántabro (0-1) e impulsa al Espanyol
Por mucho que Héctor Cúper se desgañita corrigiendo la posición de sus jugadores o por más que cada jornada plantea una estrategia basada en atrapar para después sorprender, no termina de interiorizarlo el Racing, inmerso en el peor arranque liguero de su historia. En su última cita, frente a un ordenado Espanyol, volvió a ceder merced a un despiste defensivo que sirvió para que el equipo de Mauricio Pochettino consiguiera su segunda victoria de la temporada fuera de casa.
No es que la fórmula planteada por Cúper flojee en alguno de sus puntos. Retener al rival a base de circulaciones controladas en la zona media y conexiones continuadas con jugadores habilidosos como Arana o Adrián, sirven para adueñarse del espacio propio y pisar con frecuencia el rival. Sin embargo, cuando la trenza alcanza el área algo falla, se deshilacha y termina casi siempre igual. Esa falta de sorpresa, ese punto de inspiración final ha condenado al equipo cántabro que abandonó el estadio entre los pitos de sus aficionados.
RACING 0 - ESPANYOL 1
Racing: Toño, Francis, Álvaro, Torrejón, Cisma; Arana (Jairo, m.80), Diop, Adrián, Serrano (Koné, m. 62); Munitis y Stuani (Ariel, m.67). No utilizados: Mario, Bernardo, Cristian y Tziolis.
Espanyol: Cristian, J. López, R. Rodríguez, Moreno, Didac; Sergio García, Forlín, J. Márquez (Baena, m. 86), Verdú, Romaric (Dátolo, m. 57); Álvaro Vázquez (Pandiani, m. 75). No utilizados: Casilla, Amat, Rui Fonte y Weiss.
Goles: 0-1, M. 59 Sergio García.
Árbitro: Turienzo Álvarez amonestó a J. López, R. Rodíguez, J. Márquez y Adrián.
Estadio: El Sardinero, unos 15. 000 espectadores.
En el otro lado los parámetros de juego no distan demasiado. El juego asociativo del Espanyol manosea el balón en busca del instante clave para deshacerse de él. Pochettino alineó de nuevo al triángulo formado por Romaric, Javi Márquez y Verdú, que buscaron una y otra vez a un Sergio García acostado ligeramente a la derecha para tratar de sorprender al contragolpe. El delantero perico dio velocidad al juego de su equipo tratando de alcanzar siempre la línea de fondo. Como punta de lanza situó el técnico visitante a un Álvaro Vázquez que ocupaba el sitio de Thievy, que se cayó por segunda jornada consecutiva de la convocatoria. Las cualidades del canterano no distan de las del joven delantero francés. Ambos ofrecen velocidad y desmarque, lo que no varía el planteamiento ofensivo del Espanyol. Sus movimientos propiciaron los espacios por los que habita últimamente Romaric. El marfileño tuvo las primeras ocasiones del partido con dos disparos que exigieron a Toño. Aun así, su colocación en la media punta trasladó a Verdú a la banda izquierda desde la que difícilmente logra asomar por el área rival.
El juego del Racing partía de las botas de Diop, que en ausencia del lesionado Colsa, trató de organizar el juego ofensivo de los cántabros. La fuerza del senegalés le sirvió al Racing para arrinconar durante los minutos finales de la primera parte al Espanyol. Suya fue la mejor ocasión del partido para los locales. Un colocado disparo de falta se estrelló en el larguero de la portería de Cristian Álvarez. Las buenas maneras en ataque morían sin llegar a la arena. Stuani estuvo sin estar y Munitis está, pero a veces. El capitán cántabro persiguió la pelota como siempre a pesar de que en ocasiones parecía huir de él.
Con el cambio de Dátolo por Romaric apenas comenzada la segunda parte, Verdú asumió de nuevo los galones y comenzó a fermentar el juego del Espanyol. Asociándose con Sergio García, consiguió rebajar los ánimos locales y a base de recular llegó un regalo inesperado. Un mal despeje de la zaga racinguista lo convirtió Verdú en una asistencia perfecta para que Sergio García batiera por bajo a Toño. El golpe derrumbó al estadio, al entrenador y a los jugadores que trataron de sobreponerse con más orgullo que dirección.
Con la salida de Ariel y Koné quemó las naves Cúper y acogotó al Espanyol que sufrió para mantener la portería a cero. Con las ansias del Racing por igualar el partido crecieron los espacios en el centro del campo por los que se aireó el Espanyol. Con Pandiani y Dátolo rebajó las pulsaciones al partido el Espanyol y consiguió encadenar por primera vez su segunda victoria consecutiva en Liga. La botella de oxígeno de Cúper se acaba.
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