"Soy el abuelo de Segunda"
Maestro, el jugador más veterano de la categoría con 37 años, pone el cerrojo a la portería del Alcoyano a la vez que regenta una cervecería
Cuando descuelga el teléfono Fernando Maestro (Sant Cugat del Vallès, Barcelona; 1974), el murmullo de la gente y el tintineo incesante de las jarras de cerveza dificulta la conversación. "Un segundo. Cojo la bolsa y hablamos de camino al gym", se disculpa el guardameta del Alcoyano, que, a sus 37 años, es el jugador más veterano de la Segunda División. "El abuelo de la categoría", constata el arquero, que desde hace un tiempo compagina los guantes con el bar que regenta junto a su mujer en Alcoy. "No estoy como para poder decir: 'me retiro y vivo de las rentas'. No. He jugado muchos años en Segunda B y tengo lo justo para seguir avanzando". Lo explica el futbolista sin tapujos, antes de recibir en El Collao al filial del Barça (18.00), a cuyos jugadores dobla la edad. "Todavía no tienen ni un pelo en el bigote. Podrían ser mis hijos", bromea Maestro, el alma máter de su equipo y que ante los jovenzuelos azulgrana saldrá "a cien, a morder, como lo he hecho toda mi vida".
La charla fluye ahora desde su coche. ¿Qué se siente al ser el más veterano? "Ufff... Es una putada", bromea, entre risas; "no, en serio, me siento muy cómodo porque estoy muy bien físicamente y todavía tengo muchísima ilusión. ¡Eh! Pero no solo para el presente, también para el futuro. Continuaré hasta que el cuerpo aguante". Y, de momento, resiste. "Se cuida muchísimo, sobre todo la alimentación", matiza Fran Segura, entrenador de porteros del cuadro alicantino. "Es súper profesional, ama su trabajo", certifica el capitán Manu Carrión. "Es el precio a pagar. Muchas veces me gustaría tomarme dos cervezas en vez de una, pero, aunque parezca una tontería, luego eso se nota. Y mucho", explica Maestro, que aterrizó hace ocho años en el club y que tan solo se ha perdido seis encuentros de la Liga desde entonces; "el secreto es el entrenamiento invisible. Los futbolistas, a diferencia del resto de los currantes, tenemos muchas horas libres y hay que saber provecharlas. Hay que cuidarse porque esto no es Primera, aquí no tienes fisios o nutricionistas encima".
Puntilloso en el trabajo del día a día, risueño a más no poder en la caseta, el portero, que antes de recalar en Alcoy militó dos años en el Terrasa y desfiló previamente por Segunda B con el Sant Andreu, Nàstic, Ontinyent, L'Hospitalet y Gandía, tiene un objetivo marcado antes de colgar las manoplas: "Quiero jugar en Primera. ¿Por qué no? ¿Qué voy a pensar, que voy a jugar en Preferente? Hay que ser ambicioso. No es fácil, cumplo 38 en unos meses, pero ¿por qué no podemos nosotros jugar en Primera?". No se presenta sencilla la tarea para el Alcoyano, emplazado en la decimoquinta posición de la tabla, con las llamas del descenso a la espalda, pero que, al menos, tiene un cerrojo en la portería con Maestro, batido solo en nueve ocasiones y que ofreció un recital de paradas ante el Deportivo. "¡Buah! Nada, todo suerte. Era para darle emoción al partido", relativiza el guardameta catalán, siempre en clave de humor.
"Sus bromas son un poco absurdas, pero bueno... Lo importante es que transmite mucha confianza sobre el césped y es humilde lejos de él. En la vida le he oído una palabra más alta que otra", señala Carrión, al que se le escapa una carcajada cuando relata una de las bromas que le hacen a su compañero: "Como es muy creyente, le solemos colocar el crucifijo al revés". "¡El Abuelo es un máquina! Está hecho un toro", prolonga Anthony Lozano, con 18 años, el miembro más joven de la plantilla y al que el portero lleva y trae todos los días de los entrenamientos. "Ya sabes, la juventud, que ya no tiene respeto por nada ni por nadie", contrarresta Maestro, ya frente a la taquilla de su gimnasio, todo un admirador de Víctor Valdés -"le llegan poco, pero cuando lo hacen siempre responde"- y que se mantiene en la brecha del fútbol con sus guantes de acero: "Llegué a Alicante con 30 años y mucha gente pensaba que venía a ganar un dinerillo, en busca de un retiro dorado... y aquí sigo". Con las manos a punto, como siempre.
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