Márquez, de golpe en golpe
Un charco de agua provoca las caídas del español, que se pierde los entrenamientos del viernes, Cluzel, Smith y Yonni Hernández
Las primeras imágenes fueron estremecedoras. Marc Márquez había rodado por los suelos, otra vez. Y yacía tirado en el suelo, boca arriba. Había perdido el aliento, a causa del tremendo impacto, y apenas se movía. A su lado, otra moto y otro piloto, Jules Cluzel, que había sido el primero en caer. Y empezaba a levantarse a trompicones. Luego lo haría también el piloto español, que pese al susto, y aunque algo aturdido, salió de allí por su propio pie. Pero siguieron cayendo: instantes más tarde volaron también Bradley Smith y Yonni Hernández, en la misma curva, en la misma zona. Ni siquiera habían completado una vuelta en la primera sesión de entrenamientos libres del fin de semana en este gran premio de Malasia, el penúltimo del año, en el que Moto2 anda expectante ante el duelo que se espera entre los dos dominadores de la categoría, Márquez y Stefan Bradl.
Una cortina de agua descargó sobre unos escasos metros de circuito, la zona quedó lo suficientemente encharcada para convertirse en un campo de minas para unas motos que en aquella curva, la diez, pueden alcanzar los 150 km/h. La lluvia y la sucesión de accidentes pilló por sorpresa hasta a los comisarios de pista sobre el asfalto Sepang, incapaces de reaccionar ni siquiera cuando cayó Cluzel y tras él lo hizo inmediatamente Márquez. Nadie les avisó de que el asfalto estaba mojado. Ni a ellos, ni a los que llegaron después, motivo por el cual, dirección de carrera ha decidido multar a los organizadores de este gran premio de Malasia con 15.000 euros. Los más damnificados fueron Smith, con un fuerte golpe en las costillas, y que fue trasladado a un hospital para un mejor estudio de sus dolencias, y Márquez, sin lesiones de gravedad aunque muy dolorido, con fuertes contusiones en la cabeza, en el hombro y el omoplato izquierdos, en el pie derecho, y una herida en la barbilla.
El piloto, aspirante al título y en boca de todos tras la remontada que protagonizó el domingo pasado en Australia, se quedó en la clínica móvil después de visitar el centro médico del circuito, donde se le realizaron unas radiografías para desestimar daños mayores en su clavícula o los huesos del pie. Se confirmó la ausencia de fracturas, pero el chico prefirió descansar en la clínica. El equipo esperó a que su evolución determinara si aprovechaba el segundo libre de este viernes o espera a subirse a la moto mañana sábado. Pero esperará: el golpe en la cabeza todavía le provoca mareos, así que pasará la tarde de reposo en su hotel. Márquez, todavía arrastra dolores y heridas de la espectacular caída en Phillip Island hace exactamente una semana, aquella en la que se lastimó un ojo y en la que se hirió la rodilla, además de múltiples contusiones; aquella por la que fue castigado -pues se produjo después de que este atropellara a otro piloto, Wilairot, de baja con los ligamentos de la rodilla dañados- y que propició la posterior remontada que le llevó hasta el tercer escalón del podio.
El joven catalán, de 18 años, ya concedía a principio de curso que estaba aprendiendo y adaptándose a esta nueva categoría intermedia a base de golpes. Sumó tres caídas en las tres primeras carreras. Después llegaron las victorias y las ofertas de MotoGP. Sea por falta de un proyecto realmente atractivo, por la inyección económica que se requiere, o porque no se siente realmente preparado para dar el salto, finalmente el piloto ha decidido permanecer un año más en Moto2, como estaba previsto inicialmente, según anunció el jueves. "Todavía me queda. Cada carrera sigo aprendiendo, aunque no lo parezca", concedía él. Aunque este viernes no fue directamente responsable del accidente, el de Cervera (Lleida) sigue aprendiendo a base de golpes.
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