Cuando todo falla: Piri Weepu

Tener un solo Mundial de rugby es ya una obsesión nacional en Nueva Zelanda. Algo que pueden cambiar este año, por más que surjan contratiempos en forma de lesiones. Para eso está el medio de melé Piri Weepu (28 años), que aparece cuando todo lo demás no funciona. Así lo ha demostrado ante las bajas esenciales de Dan Carter y Mils Muliaina, apeados ya del Mundial, y frente al poco impulso del capitán, Richie McCaw, lastrado por los problemas que arrastra en el pie derecho. Así lo ha demostrado a lo largo de su carrera -muchas veces criticado; casi siempre con un buen rendimiento- y así espera certificarlo el domingo, de nuevo, ante Australia (10.00; C+ Deportes). Todo el país, que aspira a disputar la tercera final de un Mundial, ya tiene los ojos clavados en él.

Los altibajos han sido una constante en la carrera de Weepu. Por eso se quedó fuera del Mundial de 2007 por decisión técnica. Hace un año, incluso, cuando se rompió la pierna jugando con su club, los Hurricanes, y tras varios meses de convalecencia, le criticaron por su exceso de peso y baja forma. No le importó. En el pasado Cuatro Naciones, recuperó su camiseta negra y la titularidad en los partidos importantes. Weepu no se esconde: "Supongo que siempre he pertenecido al grupo de líderes, solo que no al nivel de Carter o McCaw". En este Mundial, solo ha salido de inicio en dos encuentros, pero han sido los capitales: el de Francia de la fase de grupos y el de cuartos contra Argentina. Suficiente para convertirse en el jugador más querido de Nueva Zelanda.

En el país oceánico se ha propagado una fiebre por el medio de melé con aspecto desaliñado y más gordito de lo que suele ser habitual en un 9. Esta semana, han proliferado por la red encuestas que preguntaban quién sería la persona más adecuada para solucionar los problemas del país. Weepu seguía de cerca al primer ministro, John Key. Se han creado, además, grupos de Facebook con miles de seguidores que ofrecían la imagen del jugador como arreglalotodo. Se han enviado miles de correos electrónicos con caricaturas suyas en las que se mostraba a Weepu diciendo: "No os preocupéis yo me encargo". Pero, para Weepu, de origen Maorí y encargado de dirigir la Haka antes de los partidos, no han sido días fáciles. Después del partido de cuartos, se enteró de que la víspera del encuentro había muerto su abuelo. "Se quedó sin habla", ha comentado su padre, que le dio la noticia por teléfono; "preferimos esperar a después del choque para no influir en su actuación". La decisión pareció acertada porque Weepu firmó una de sus mejores actuaciones con la casaca negra. Anotó 21 de los 33 puntos de su equipo, con siete de ocho patadas marcadas, lideró el juego de su equipo ante la rocosa defensa de Los Pumas, hizo olvidar la ausencia de Dan Carter y fue nombrado jugador del partido.

El martes, se fue al funeral de su abuelo y confirmó a su regreso que está listo para guiar a Nueva Zelanda. "Al principio fue difícil", afirmó; "pero ya estoy de vuelta". Quien tampoco tiene dudas sobre si le van afectar los halagos o los contratiempos es el seleccionador neozelandés, Graham Henry, que le dejó fuera del pasado Mundial. "Siempre ha sido un gran jugador al que le gustan las grandes ocasiones", asegura Henry; "con la baja de Carter, el medio de melé tiene más responsabilidad como director del equipo y a Weepu no le importa asumir el papel". Mañana, Weepu volverá a cantar la Haka. Todo el país le espera.