Parra, el efecto sorpresa
A pesar de las críticas, el técnico apostó por el medio de melé como apertura y el jugador ha sido fundamental ante Inglaterra y Gales
Morgan Parra (Metz, Francia; 1988) le ha dado la razón al siempre polémico seleccionador francés, Marc Lièvremont. El jugador anotó ante Gales los nueve puntos que clasificado al XV del Gallo para jugar su tercera final de un Mundial, pese a que lo ha hecho en una posición que no es la suya, la de apertura. Una apuesta personal del técnico.
Cuando Lièvremont anunció que Parra jugaría con el 10 a la espalda en el partido de la fase de grupos contra los All Blacks, al entrenador le llovieron las críticas tanto desde Europa como desde Nueva Zelanda. En el país anfitrión le acusaron de sacar el equipo B en búsqueda de un mejor cruce en los cuartos; en Francia, de desvirtuar uno de los clásicos del Mundial y de cargarse la herencia del rugby patrio, poniendo a un jugador sin experiencia en una posición clave y contra el rival más duro. Lièvremont no se escondió y argumentó su decisión refugiándose en que Parra ya había jugado unos minutos como apertura en los dos primeros partidos del torneo, contra Japón y Canadá. "Creo que Thrin-Duc -apertura que partía como titular en el Mundial- no ha cumplido las expectativas en los encuentros anteriores", espetó el técnico a los periodistas; "mientras que Parra ha cumplido con creces cuando ha jugado de apertura. Para mí la decisión es obvia". El experimento parecía que no funcionaba. Francia perdió contra Nueva Zelanda (37-17) e, incluso, contra Tonga (14-19), clasificándose a duras penas para los cuartos de final, donde les esperaba otra prueba muy dura, Inglaterra.
Parra, en el centro de la polémica, no parecía verse afectado. "Simplemente trato de tomarme la oportunidad con placer y entusiasmo, y trabajando duro", comentaba el joven rugbier; "no pretendo ser el 10 de Francia, solo quiero ser parte del equipo. Hay que tener en cuenta que hay gente que se queda fuera". Pese a todo, la apuesta de Parra como apertura vino forzada por las circunstancias. Además del estado de forma de Thrin-Duc, Fabian Skrela se lesionó a los pocos minutos de saltar al campo en el primer partido del Mundial, lo que obligó a Lièvremont a poner a Parra de apertura y a Skrela a volver a Francia. Y Parra ha crecido poco a poco, como aclaró ante Gales.
Tras los dos primeros partidos, fue uno de los artífices de la victoria en cuartos contra Inglaterra y en los dos últimos compromisos ha sido de los mejores backs en la faceta defensiva. El placaje era una parcela en la que Lièvremont sabía que Parra no tendría problemas, pese a ser el jugador más liviano del equipo con 80 kilos. "Los comentarios sobre sus capacidades defensivas me hacen reír", afirma el entrenador; "eso nunca me ha preocupado de él. Es un gran placador en el uno contra uno, es valiente y nunca huye del contacto". En la parcela ofensiva, siempre cumple y, en lo que va de torneo, es el segundo máximo anotador de su equipo, con 37 puntos, repartidos en un ensayo, cuatro conversiones y ocho golpes de castigo.
En el partido contra Gales, Parra se enfrentaba a un nuevo reto. El medio de melé titular, Dimitri Yachvili, estuvo renqueante durante toda la semana y no podría patear en las semifinales, como lo había venido haciendo en los anteriores partidos. Ningún problema. Parra volvió a dar un paso adelante y completó un partido casi perfecto con el pie (tres tiros a palos de tres intentos y solo un drop fallado). Esos nueve puntos fueron suficientes para doblegar al equipo revelación del torneo y dar por bueno el experimento de Lièvremont.
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