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De Gea para al Liverpool

El portero español le da el empate (1-1) a un Manchester United superado en el clásico inglés

La media hora final valió por todo el encuentro: los entrenadores desabrocharon las correas y mandaron a sus jugadores a ganar el clásico. A toda mecha, de puerta a puerta, en ese ritmo infernal que convierte a la Premier en la Liga más seguida del planeta. Mereció ganar el Liverpool, por su mayor empeño desde el principio hasta el final, pero lo evitó De Gea en dos paradas marca de la casa: agilidad, reflejos y esos larguísimos brazos que llegan donde nadie espera. Se marchó de Anfield con la sonrisa perfecta, abrazo de su colega y rival Pepe Reina. Habiéndole hecho el favor a su veterano compañero Giggs, autor de una pifia monumental, apartándose de la barrera en el tanto de Gerrard, que le hubiese acompañado toda la semana de no haber sido por la intervención de su joven compañero en la portería. Empató Chicharito a 10 minutos del final, solo cuando Ferguson decidió que era hora de enseñar los dientes tras más de una hora infumable del gran United.

LIVERPOOL, 1 - MANCHESTER UNITED, 1

Liverpool: Reina; Kelly, Carragher, Skrtel, Enrique; Adam, Leiva (Hendersson, m. 57), Gerrard, Downing; Luis Suárez y Kuyt.

Manchester United: De Gea; Smalling, Evans, Ferdinand, Evra; Jones (Chicharito, m. 76), Fletcher; Park (Rooney, m. 69), Giggs, Young (Nani, m. 69); y Welbeck.

GOLES: 1-0. M. 68. Gerrard. 1-1. M. 81. Chicharito.

Árbitro: Andre Marriner. Amonestó a Leiva, Evra, Ferdinand y Young.

45.000 espectadores en Anfield.

Porque antes, la alineación del técnico escocés había sido una llamada inapelable al aburrimiento, dejando solo a Welbeck en punta, poblando el centro del campo de pretorianos como Jones, Fletcher o Park, confiando en la inspiración de Young o Giggs. Hasta el propio entrenador escocés pareció entender que la tortura tenía un límite y, a los 40 minutos, ya había mandado a calentar a Rooney, Nani y Chicharito, aunque poco después volvieran a sentarse.

Asumida en los últimos años su inferioridad, el Liverpool se agazapó y esperó cazar alguna contra a través de las transiciones rápidas de Gerrard, titular por primera vez desde marzo pasado, Adams o Downing. Su cometido era comunicarse lo antes posible con Luis Suárez, muy aislado también para buscarse la vida entre Ferdinand y Evans. Se deshizo de ellos en una ocasión con un regate muy seco, pero el disparo le salió centrado y lo repelió De Gea. El meta español del United anduvo muy sólido sobre todo en el juego aéreo y los centros cruzados, algunos del lateral izquierdo valenciano José Enrique. En el otro arco, otro portero español mucho más experimentado, Reina, apenas hubo de intervenir, tal fue la abstinencia atacante de los hombres de Ferguson.

Puesto que Ferguson no se animaba, el Liverpool se atrevió mucho más en la segunda parte. Sobre todo desde que Dalglish retiró a Leiva y apostó por Henderson, en un mensaje claro a sus jugadores de que iba a por el partido. Así se lo tomó Charly Adams, que avanzó en vertical, decididamente, salvando contrarios hasta que Ferdinand lo frenara en falta en el borde del área. Un regalo para Gerrard. El capitán de los reds eligió el palo tapado supuestamente por la barrera del United. Supuestamente, porque se apartó Giggs, encogió su cuerpo como para evitar el pelotazo, y por allí pasó el disparo no demasiado potente, pero sí colocado de Gerrard, ante la desesperación de De Gea, que salió a abroncar a su defensa, pero, claro, qué le podía decir él a Giggs. Después de siete meses marginado por las lesiones, Gerrard celebró su gol a lo grande, embriagado de alegría y enseñando los cinco dedos de su mano derecha, los cinco tantos que le ha marcado al United a lo largo de su carrera.

Solo entonces, tras el gol en contra, Ferguson dio entrada a sus dos jugadores más dotados para el ataque, Rooney y Nani, en sustitución de Young y Park. Poco después, a falta de 15 minutos, entró Chicharito y, ahora sí, el Manchester cargaba con sus mejores atacantes para el último tramo. Especialista en remontadas, ahí llegó una más: el mexicano cabeceó a la red una prolongación de Welbeck tras un córner de Giggs.

El Liverpool reaccionó con orgullo y el precioso centro desde la izquierda de Downing lo remató de primeras Kuyt, propiciando la parada de la tarde a cargo de De Gea, puros reflejos en el despeje. Ferguson había pasado de un extremo al otro: de un equipo muy conservador a otro tan ofensivo que Rooney ejercía de mediocentro, por detrás de Nani, Chicharito y Welbeck. Pero fue el Liverpool el que lanzó el último ataque: un globo de Henderson salvado en el último momento por el inspirado De Gea.

Gerrard lanza la falta con la que ha anotado el primer gol del clásico.
Gerrard lanza la falta con la que ha anotado el primer gol del clásico.CLIVE BRUNSKILL (Getty)

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