"He recuperado la ilusión"

El reto era el más difícil todavía. En medio del mar, en un improvisado tee situado en la cubierta de un barco sacudido por el oleaje del puerto de Castellón, Sergio García debía golpear la bola y acertar a una boya que también se balanceaba a unos 70 metros. Esa ha sido la ingeniosa manera de dar esta mañana el saque de honor al Masters de Castellón de golf, que se disputa la próxima semana, del 20 al 23 de octubre, en el Club de Campo del Mediterráneo. Sergio García, que acoge este torneo del circuito europeo en el campo en que se crió como jugador, golpeó unas 10 bolas (unas bolas ecológicas: al contacto con el agua, se deshacen y se convierten en comida para los peces) primero con el hierro y luego con el driver. No hubo tino, pero quedó inaugurada la cuarta edición de su torneo.

De la marina al Casino de Castellón, donde García presumió de una competición que repartirá dos millones de euros en premios y que cuenta con la participación entre otros de José María Olazábal, John Daly y Matteo Manassero, el joven italiano vencedor el año pasado y el ganador más joven en el circuito europeo (17 años y 188 días). García jugará el Pro Am el miércoles con Rafa Nadal y junto a otros ilustres como Johan Cruyff, Juan Carlos Ferrero y Gianfranco Zola. "Para el torneo en sí no me siento favorito, pero vamos por el buen camino", ha dicho el castellonense. Después de un curso cuesta arriba, en el que ha tenido que jugar incluso torneos previos para clasificarse para los grandes, debido a su bajón en la clasificación mundial, Sergio García ha vuelto a sonreír. "He recuperado la ilusión. He pasado dos años complicados y eso es lo que hace mejorarte. Ahora estoy con más ganas. Voy a los torneos de una manera muy diferente a como iba hace un año y medio, con más ilusión", ha comentado el castellonense.

Los últimos títulos en el palmarés de Sergio García son lejanísimos: 2008, año en que ganó el Players Championship, el HSBC y el torneo de Castellón. Desde entonces, vivió una depresión en su juego que le llevó a salir de los 50 primeros del mundo y a apartar los palos durante unos meses en que debutó como futbolista en Tercera División con el Borriol, participó en un torneo de póker y practicó la relajación oriental. Hasta que este año se agotó su exención para los torneos grandes y García tuvo que arremangarse y bajar al fango para conseguir las clasificaciones. Ahora respira. Es el 47 del mundo (el tercer español tras Quirós, 42, y Jiménez, 45) después de una temporada agotadora en la que ya ha disputado 22 torneos -fue séptimo en el Abierto de Estados Unidos, noveno en el Británico y 12º en el Campeonato de la PGA-. "No ha sido un año difícil, pero sí apretado. Difíciles fueron más los dos anteriores. He tenido que jugar mucho en los últimos cinco meses y necesitaba ahora un descanso. He jugado más de lo que me hubiera gustado para subir en la clasificación mundial y debía recargar las pilas. Estaba un poco saturado de torneos. La temporada siguiente será más tranquila, con más descanso entre las competiciones", ha señalado Sergio García.

Recuperada la ilusión, el Masters de Castellón de la próxima semana será su gran oportunidad de volver a saborear un título que no cata desde hace demasiado tiempo. A los 31 años, y después de más de una década en la élite, García espera su bautismo en un grande.