Un líder compacto y sin balón
El Levante es el segundo equipo de la Liga con menos posesión y el menos goleado junto al Sevilla
Levante y Barcelona, colíderes de la Liga después de la séptima jornada, tienen la camiseta del mismo color, azulgrana, pero un estilo de juego totalmente diferente. Mientras el equipo de Guardiola ha vuelto a adueñarse del liderato fiel a su apuesta futbolística cimentada sobre la posesión del balón -tiene la pelota el 69,3% de media y contabiliza 845 pases por partido- el club valenciano ha sumado los mismos puntos, 14, cediendo el cuero a los rivales. El Levante registra una media de posesión del 38,5 % (solo el Racing -35,6%- tiene una cifra más baja). Durante el poco tiempo que controlan la pelota, poco más de 17 minutos por partido, los hombres de Juan Ignacio Martínez promedian 330,5 pases; prácticamente igualados con el equipo de Santander, último con una media de 330.
El nuevo entrenador granota, debutante en Primera, desembarcó en Valencia recibiendo la herencia de Luis García Plaza, ahora en el Getafe, que basó la buena temporada del año pasado sobre una defensa sólida, contragolpes letales y las jugadas a balón parado. Martínez, durante sus años en las categorías inferiores -Salamanca, Albacete y Cartagena fueron sus equipos en Segunda- fue, al contrario, un profeta de la posesión y del juego coral. "Lo que ha funcionado no lo vamos a tocar. Pero hay que añadir el detalle del buen trato con el balón", advirtió el día de su presentación. Sin embargo, el técnico alicantino parece haber optado, finalmente, por seguir la estela de su predecesor. Y los resultados son, de momento, redondos. Ayer, tras la victoria a domicilio ante el Betis (0-1), el Levante estableció su mejor racha de triunfos seguidos en la máxima categoría, cuatro, empezada con una víctima ilustre, el Madrid (1-0), y seguidas ante el Rayo (1-2) y el Espanyol (3-1). Martínez ya ha superado a su predecesor, que estableció la precedente marca, tres triunfos seguidos, la temporada pasada entre las jornadas 21 y 23, y ha pulverizado los registros del arranque del curso anterior, cuando para sumar 14 puntos el Levante tardó 14 partidos y a estas alturas sumaba solo cinco.
La salida de Caicedo -rescatado por un millón del Manchester City y vendido por 7,5 al Lokomotiv de Moscú- despertaba dudas sobre un ataque que el curso pasado dependió del delantero, autor de 14 goles. Hasta ahora, el sustituto del ecuatoriano, el marfileño Koné, solo ha marcado un gol -aunque el más sonoro, el de la victoria ante el Madrid- y la faceta ofensiva no es la que mejor está funcionando. De hecho, entre los primeros ocho de la tabla, solo el Sevilla, con seis goles, ha marcado menos de los ocho del Levante. Sin embargo, hasta que la defensa siga funcionando como lo hizo hasta ahora, marcar poco no representará un problema para los granotas.
En lo que se refiere a la defensa, el Levante sí que presume de números de grande. Es la mejor de la Liga junto a la del Sevilla, tres goles recibidos, menos perforada que la del Barcelona y Madrid (cuatro y cinco respectivamente). Y en la estadística de los remates recibidos a portería, solo va por detrás del equipo de Guardiola (dos por partido), y hace compañía, en el segundo lugar, al Madrid y el Málaga (3,67). Una zaga impenetrable liderada por Sergio Ballesteros, que con sus 36 años sigue siendo un capitán incombustible. Presente en los cuatro triunfos y dos empates que valen el primer puesto, incluso marcó un gol en la victoria ante el Rayo. El rocoso defensa arrastra una fama de duro que los números desmienten. Este año cometió seis faltas en seis partidos y solo una vez vio una tarjeta amarilla. Una media de una falta por partido que tenía también el año pasado (35 en otros tantos duelos), cuando fue amonestado 11 veces y no fue expulsado nunca. El Levante puede confiar en él durante su inédita experiencia en lo alto de la tabla.
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