Llorente gobierna el clásico vasco
El joven Iñigo Martínez marca desde 60 metros, pero el delantero internacional anota dos goles (1-2)
Un clásico vasco es siempre un duelo singular, en esta ocasión un duelo al sol con 29 grados de temperatura a la hora del Angelus. Y el ángel sonrió al Athletic, técnicamente superior, ante una Real que jugó veinte minutos con el corazón saliéndosele de la boca, cuando el joven Íñigo Martínez se sacó el gol de la jornada, y quizás del campeonato, al sorprender a Iraizoz desde casi 60 metros con un tiro duro y seco, como una jabalina lanzada al pecho más que al aire. Era el gol que igualaba el que Fernando Llorente había conseguido en la primera mitad con un quiebro preciso y precioso y un juego de pies envidiable. Fueron algo más que dos goles, dos golazos, dos obras de arte en un partido que se presumía más industrial.
REAL SOCIEDAD, 1 - ATHLETIC, 2
REAL SOCIEDAD: Bravo; De la Bella, Ínigo Martínez, Demidov Carlos Martínez; Illarramendi, Mariga, Griezmann (Llorente, min. 83), Zurutuza (min. 79), Xabi Prieto y Agirretxe.
ATHLETIC: Iraizoz; Artunetxe, Amorebieta, Javi Martínez (San José, min. 63) , Iraola; De Marcos, Gurpegi, Gabilondo (Iturraspe, min. 60), Muniain, Susaeta (Toquero, min. 87), y Llorente.
-GOLES.
0-1, min. 34, Llorente.
1-1, min. 61, Íñigo Martínez.
1-2, min. 70, Llorente.
-ÁRBITRO: Fernández Borbalán (C. Andaluz). Amonestó a Illarramendi (min. 68) por parte de la Real Sociedad, y a Amorebieta (min. 49), Iraola (min. 73), Gurpegui (min. 75) y Susaeta (min. 84) por parte del Athletic.
-ESTADIO: Anoeta.
Pero el partido era de Fernando Llorente. Parecía el damnificado del nuevo esquema de Bielsa, la figura obligada a ejercer de laborante, sin la responsabilidad de que todos sus compañeros le buscaran desesperadamente. Si era eso, ha aprendido la lección y su chip ya está conectado al del técnico argentino. El tallo del Athletic no solo dominó, se diría que con una facilidad insultante, el juego aéreo, sino que además resucitó al otro Fernando, el que juega con los pies, el que regatea en un palmo de terreno, el que estaba escondido tantos años en el vestuario porque su equipo solo le miraba a los ojos y no a los zapatos. Suyo fue también el segundo gol, con una puntera sutil a un centro muy tocado de Amorebieta que Demidov se tragó, mal colocado.
La Real tiró medio partido sin saber por qué. No se sabía si estaba dormida o pretendía jugar al contragolpe. Pero en plena adormidera, se encontró a los dos minutos con una doble ocasión rojiblanca que primero salvó Bravo a De Marcos y después malogró Susaeta. Dos ocasiones en una, en dos minutos de partido, aún sin romper a sudar es todo un pronóstico anímico. Tocaba tanto el Athletic que la Real o se refugiaba o se rompía. Illarramendi tiene buenas trazas, pero parece, por su juventud, aún escaso, como para dominar el centro del campo, prácticamente sin ayuda (la frialdad de Mariga era como un cubito de hielo que resistía el sol sólido de Anoeta). El Athletic, con Llorente de jefe, Gurpegui de capataz y Muniain de ingeniero, parecía dispuesto a robar el balón, marcar el tiempo del partido y asociarse con una facilidad pasmosa. Para colmo de la Real, Xabi Prieto, su termómetro futbolistico, era borrado del campo por el joven Aurtenetxe, tan impetuoso como listo para hacer que el líder realista jugase siempre hacia atrás, con ese pisoteo clásico del balón, pero nada efectivo.
El Athletic, al mando de Llorente gobernaba el partido, aunque con el sable del gol pinchaba en hueso. Como un torero, mandó con la muleta, pero estaba manco con la espada. Hasta Muniain, muy sutil en los mano a mano con los porteros tropezaba con Claudio Bravo, magnífico toda la mañana salvo en un gesto antideportivo cuando quiso seguir jugando mientras Javi Martínez caía al suelo con traumatismo torácico. Una mano de Gurpegui en su área que el árbitro no pitó desquició a la Real y al público.
Los derbis son también curiosos. Tienden a juguetear a veces con las circunstancias. Íñigo Martínez, un central, se coronó con un gol típico de un 10 brasileño de los de antes. Pero Llorente, el delantero centro del Athletic, le hizo dos goles, lo que enturbia la labor defensiva de los centrales realistas. Y ninguno de cabeza (aunque las tocó todas), ambos con el pie. El chispazo fue del central, pero el partido fue del delantero. Cuando eso ocurre, necesariamente gana el equipo del delantero.
Pudo haber goleado el Athletic, que a pesar de la victoria, sigue peleado con el porcentaje de acierto en función de las ocasiones que genera. Ayer falló ante Bravo (mucho mérito tuvo también el chileno) una enciclopedia británica de oportunidades.
La Real malgastó tres cuartos de partido, pretendiendo vivir de esa taquicardia de 20 minutos que le dio un gol... desde su propio campo. Tras haber estado 45 minutos sin saber qué hacer con el balón, sin saber por dónde salir, sin saber cómo buscar a su talismán Agirretxe, se encomendó al toque de corneta, al espíritu volcánico de dos laterales de largo recorrido como Carlos Martínez y De la Bella, que acorralaron al Athletic y lo encajonaron en su área. Era como si el equipo de Montanier se hubiera duchado en el descanso y aclarado las ideas y el de Bielsa hubiera gozado de un baño turco que le dejó la tensión por los suelos. Para colmo rojiblanco, Javi Martínez se lesionó en un choque con Íñigo Martínez abriendo algunas dudas en la defensa resueltas de urgencia por San José.
Fueron los momentos de la Real, especialmente cuando Griezmann, tras una pérdida tonta en el medio campo rojiblanco, envió el balón al poste que podía haber sido el 2-1 y una inyección de adrenalina incluso exagerada. También tiene esa asignatura pendiente del gol el equipo de Montanier, que cuando quiso ir con todo, ya al final, ya no tenía nada, ni aliento para intentarlo. Se pobló de delanteros y las ocasiones fueron de... Toquero.
Tras el último susto blanquiazul, el Athletic volvió a dominar el partido, el espacio y la combinación, acumulando ocasiones, contragolpes, cerrazones a veces en la conducción del balón, algún individualismo (llámese De Marcos o Muniain) que malograron ocasiones manifiestas de gol, mientras la Real comenzaba a comprender que salvo que otro disparo desde la grada de Anoeta volviera a sorprender a Iraizoz, las batalla era estéril. El portero rojiblanco se rehizo con un escorzo ágil a un cabezazo magnífico de Agirretxe.
Demasiado desequilibrio en ocasiones y en el tacto del partido, que acabaron por desequilibrar el clásico en favor del que fue más tenaz, más constante, más asociativo. Una tropa gobernada por un tallo, Llorente, que reivindicó su condición de futbolista habilidoso.
Bielsa: "Ha sido un triunfo justo"
Marcelo Bielsa y Philippe Montanier no pudieron sacar conclusiones más dispares del resultado que arrojó el derbi de ayer. Sus enfoques eran opuestos. Por un lado, el técnico del Athletic se felicitó por un triunfo que consideró "justo", y resaltó la labor de Llorente, que, en su opinión, lideró al equipo con "fútbol y esfuerzo". "Sin afán de multiplicar nuestra victoria, me apreció que el equipo al que nos enfrentamos tiene individualidades de peso, es joven, con mucha proyección", aseveró el entrenador del Athletic. Respecto al parón liguero que llega el próximo fin de semana, Bielsa destacó que no tiene por qué repercutir al nivel alcanzado por el equipo. "No nos vamos a olvidar fácilmente de que ganamos", advirtió.
Por su parte, Montanier señaló que para él la derrota "es difícil de aceptar" y apuntó que la "clave" del choque fue el balón que Griezmann estrelló en la madera con el marcador igualado a uno. "Hemos hecho una primera parte muy mala y en la segunda mitad hemos mejorado. La clave del partido es el palo de Antoine Griezmann, en ese momento tuvimos la posibilidad de ganar el partido", dijo el técnico francés.
Pese a todo, admitió que el equipo luchó "sin eficacia" en ataque y le faltó "agresividad". "No hemos llegado a terminar las ocasiones", reconoció el entrenador galo.
Por otro lado, los trece detenidos por los incidentes originados antes y después de la celebración de la victoria del Athletic ante el París Saint-Germain el pasado jueves, quedaron ayer en libertad a la espera de que quede fijada la fecha del juicio. Al margen de los arrestados, tres ertzainas y un gendarme sufrieron heridas.
El susto de Javi Martínez
Javi Martínez se dio ayer un buen susto en Anoeta. El jugador sufrió un "traumatismo torácico" durante el transcurso del partido de ayer, según informó el propio club bilbaíno, y el internacional tuvo que ser sometido a pruebas médicas en un centro sanitario para conocer el alcance definitivo de la dolencia. Afortunadamente, estos exámenes descartaron "rotura alguna" y el jugador pudo regresar a su casa ayer por la tarde, tal y como también apuntó el Athletic a través de una nota.
Por ello, es más que probable que el campeón del mundo pueda acudir sin mayor problema el próximo miércoles a la concentración de la selección española en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas previa a los encuentros que ésta disputará frente a la República Checa y Escocia para la clasificación a la Eurocopa 2012 el 7 y 11 de octubre.
Javi Martínez tuvo que ser sustituido en el minuto 61 de partido ante la Real Sociedad tras recibir un golpe con un rival en una disputa aérea de balón. En su lugar entró al campo Mikel San José, quien ocupó la posición de central derecho en la que ayer había colocado a Javi Martínez el técnico rojiblanco, Marcelo Bielsa.
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