Laporta: "No queremos magnanimidad, sino justicia"

Joan Laporta, ex presidente del Barcelona, se mostró agradecido con Pep Guardiola por haber mostrado públicamente su deseo de que se zanjen las diferencias y querellas que han sacudido al barcelonismo. La intervención del entrenador resultó providencial para que finalmente el socio Vicenç Pla retirase la demanda que amenazaba con el embargo de bienes a Laporta y varios de sus exdirectivos si no hacían frente al pago de 23,2 millones de euros correspondientes al pago de un aval cuando tomaron posesión de sus cargos en el club en 2006.

"Le agradezco a Pep su intervención. No le gusta que sucedan este tipo de cosas. Ya ha hecho bastante y espero que no salga salpicado por este asunto. Es un gran barcelonista", ha manifestado Laporta en el programa El Matí de Catalunay Ràdio. Pla retiró la petición de ejecución de una sentencia de la Audiencia Provincial, aunque la demanda sigue su curso y el Tribunal Supremo será el que dicte sentencia. Dicha demanda ha puesto en evidencia la profunda división que separa a la actual junta que preside Sandro Rosell de la que presidió Joan Laporta cuando finalizó su mandato. "No queremos magnanimidad ni perdón; queremos justicia, que se demuestre que no teníamos que avalar, y así lo dijo en su día la Liga de Fútbol Profesional. La presentación de un aval correspondiente a 2006 es extemporánea e innecesaria. La demanda es injusta y está basada en hechos que no son ciertos".

Laporta asegura que Pla no actúa en solitario. "Es evidente que a una serie de personas no les gustó que fuéramos reelegidos entonces. No me dedico a investigar. Tengo mucho trabajo. Pero sé que Pla no va solo. Le conocen y ya se vio en 2006 cuando estaban en contra nuestra y se dedicaban a poner gasolina a todo cuanto hacíamos".

El ex presidente del Barcelona defiende su gestión y acusa: "Hay un intento de destrozar nuestra imagen y ahora también nuestro patrimonio. También el Barça pidió que se aumentase la cuantía del aval que nos reclama y que se embargasen nuestros bienes ". Entiende Laporta que la intervención de Guardiola ha resultado decisiva. "A partir de lo que ha dicho, han reaccionado. Han visto que es una situación que no tiene ningún sentido y que también a Rosell le incomoda".

Laporta sostiene que ni él ni sus excompañeros de junta han hablado con Rosell o sus directivos, pero dice estar abierto a debatir con el actual presidente sobre su gestión al frente del club. "Yo soy de Unicef y bajo mi mandato se proyectó una imagen social muy importante. Lo que no me gusta es que digan que es absolutamente necesario el contrato con Qatar porque se encontraron el club sin dinero, cuando eso no es cierto. Qatar está en todos los activos y se ha obtenido menos dinero del que se podría haber conseguido. Hay una pérdida de identidad muy importante, cuando el club estaba muy saneado y dejamos unos contratos de 140 millones por derechos audiovisuales, 32 más 8 con Nike y un crédito bancario de 140 millones que ni el señor Botín ni el señor Fainé nos hubieran concedido si el club no hubiera estado saneado. Además dejamos una plantilla joven y con calidad. Decir que necesitaban Qatar para seguir existiendo no es cierto".

Laporta también se muestra escéptico en torno al proyecto de la grada joven de animación que impulsa la directiva de Rosell. "Es muy complicado erradicar la violencia de los campos. Nosotros luchamos mucho por ello. Me enteré de que los Mossos están en contra de que se organice esa grada y de que había cien personas con antecedentes criminales que iban a formar parte de ella. Confío en los Mossos para que, si se organiza, se haga bien". Laporta aboga porque concluya lo que considera como un clima de persecución hacia él y los miembros de su exdirectiva y explica el motivo por el que ha preferido que sus hijos estudien en otro país: "Es mejor así para que eviten este ambiente de desprestigio en torno a mí y para que no les afecte la presión".