Roberto Carlos elige el banquillo
El brasileño, de 38 años, dejará de jugar en el Anzhi temporalmente para entrenarlo
Cuando a principios de año el exjugador del Real Madrid Roberto Carlos aceptó iniciar una aventura en el fútbol ruso, probablemente no contaba con que pocos meses después acabaría convirtiéndose en entrenador. A sus 38 años, el incombustible lateral izquierdo dejará de jugar temporalmente para entrenar a su equipo, el Anzhi, en el que también milita el camerunés Samuel Eto'o. El club del multimillonario Suleiman Kerimov ha anunciado la destitución de su entrenador, Gadzhí Gadzhíev. Y su lugar en el banquillo lo ocuparán conjuntamente, de forma temporal, el que era su ayudante, Andrei Gordeyev, y el futbolista brasileño.
Roberto Carlos debutará como técnico el domingo ante el Lokomotiv de Moscú. Aunque inicialmente se había especulado con la posibilidad de que compaginara su labor técnica con la de jugador, el propio brasileño ha negado después que vaya a seguir saltando al césped mientras sea entrenador. "Tengo contrato en vigor como jugador y cuando transcurra algún tiempo regresaré a los terrenos de juego", ha dicho el brasileño tras dirigir su primera sesión. El exmadridista también ha aclarado que el rol de primer entrenador le corresponderá a Gordeyev.
Los mandatarios de la entidad norcaucásica no estaban nada conformes con el rendimiento de un equipo que, tras realizar una más que considerable inversión en fichajes, ocupa la séptima plaza de la Liga rusa tras 25 jornadas. Insuficiente para el club que hace un mes convirtió a Eto'o en el jugador mejor pagado del mundo -20 millones anuales- tras arrebatárselo al Inter de Milán por 27. Zhirkov y Dzsudzsak son, junto al camerunés y Roberto Carlos, otros de los estandartes de un conjunto que pretende alcanzar la élite a base talonario. "Su nivel de juego deja mucho que desear", ha asegurado sobre Gadzhíev, el técnico destituido una fuente del Anzhi a un portal ruso de información deportiva; "el club ha fichado a muchos jugadores que son estrellas mundiales, pero ni siquiera eso le permitió a Gadzhíev mostrar el nivel de juego que esperan de él los aficionados y los jefes del equipo".
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