Cavendish no falla
El británico culmina un excelente trabajo de su selección y se proclama campeón del Mundo en Copenhague.- Freire acaba noveno
Mark Cavendish tenía subrayada la fecha de hoy en el calendario y no faltó a la cita en el Mundial de ciclismo. Era, a priori, uno de los favoritos debido a su gran velocidad, esa que le ha llevado a convertirse en uno de los mejores sprinters del mundo. Durante la carrera quedó en evidencia que el de Isla de Man iba a por todas. Su equipo, encabezado por Chris Froome y Bradley Wiggins, segundo y tercero en la última Vuelta, hizo una carrera soberbia, controlando hasta el más pequeño detalle para que nada estropeara una llegada masiva en la que, sabían, su velocista es casi imbatible. No falló Gran Bretaña y tampoco lo hizo Cavendish que se impuso en un reñido sprint al australiano Matthew Goss y al alemán Andre Greipel. Freire, que luchaba por hacerse con su cuarto Mundial, no tuvo opción y terminó noveno. Dos de sus escuderos, Luis León Sánchez y Vicent Reynes, se fueron al suelo y no pudieron protegerle en el final, en que el cántabro acabó cerrado, alejado de las primeras posiciones.
Tampoco tuvo opción Thor Hushovd, el último campeón del mundo, que se vio implicado en una montonera en el kilómetro 186 que dejó cortados a unos 80 corredores, entre ellos el español Luis León Sánchez. El noruego se despedía, de esta forma, de poder defender el maillot arcoíris que consiguió el año pasado. Cavendish añade, por su parte, el título Mundial a su ya excelente palmarés, en el que figuran nada menos que 20 etapas del Tour de Francia, siete del Giro, tres de la Vuelta y una Milán-San Remo. Y todo ello con 26 años.
Además de Cavendish, la jornada tuvo otros protagonistas, eclipsados por el reluciente maillot arcoíris del británico. Un grupo de seis corredores, entre los que estaba el español Pablo Lastras, estuvieron escapados 200 kilómetros. Era la suya una lucha contra el mundo, con expectativas mínimas de victoria, puesto que en el gran grupo no estaban dispuestos a conceder la más mínima oportunidad, no querían que seis osados arruinasen las posibilidades de una llegada al sprint. Gran Bretaña, sobre todo, pero también Alemania, Estados Unidos y Bélgica llevaron la carrera a un ritmo vertiginoso -más de 48 kilómetros por hora de media- para que nadie pudiera moverse. Hubo ataques, no obstante, de muchos ciclistas en los últimos kilómetros. Pero la historia estaba escrita: Cavendish es campeón del Mundo.
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