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El capitán inagotable

Guy Forget, ganador de dos ensaladeras como jugador y otra como técnico, dirige al equipo francés desde 1999

"Nos harán falta cinco nadales para batir a España", aseguró hace un año, antes de la eliminatoria de cuartos de final de la Copa Davis, el capitán del equipo francés, Guy Forget (Casablanca, Marruecos; 1965). Una pequeña exageración, tal vez, que se hizo grande cuando los galos pasaron por encima (5-0) de unos españoles que no pudieron contar con Rafael Nadal. Hoy, en Córdoba, arrancaba una revancha en la que sí está el mallorquín, que ha ganado a Gasquet (6-3, 6-0 y 6-1). Ferrer ha rematado el día con su victoria sobre Simon (6-1, 6-4 y 6-1). Pero ya nadie se fía de los franceses. Y es que el capitán galo desde 1999 sabe muy bien cómo ganar una ensaladera. Lo hizo dos veces como jugador (1991 y 1996) y otra como técnico (2001), puesto desde el que ha llevado a su equipo a disputar otras dos finales, la última el año pasado.

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"Era un jugador con un talento especial", recuerda el extenista y excapitán del equipo español Emilio Sánchez Vicario, que como jugador se midió a Forget en ocho ocasiones, saliendo victorioso en seis. "Tenía un saque un poco adelantado a la época, con una ejecución espectacular", continúa; "era como un zapatazo hacia abajo, un estilo un poco diferente que lo hacía muy difícil de leer". Forget, que llegó a ser el número cuatro del mundo, destacó especialmente en la categoría de dobles, en la que se hizo con 28 trofeos, llegando a disputar dos finales de Roland Garros. Pero lo que le convirtió en un ídolo para su afición fue su aportación a la consecución de la Copa Davis de 1991, en la que derrotó al estadounidense Pete Sampras en el partido decisivo. "Creo que el hecho de jugar para tu país añade otro nivel en términos de emociones, de responsabilidad, del peso que tienes sobre tus hombros", recordaba recientemente.

Nada más dejar la raqueta, Forget trasladó su pasión a la dirección técnica, culminando un reto que se antojaba muy complicado. "Heredó el equipo de Yannick Noah, que le había dado un vuelco en los años anteriores, lo había unido", explica Sánchez Vicario; "pero siguió sus mismas pautas. En los partidos se le ve que es capitán, pero está jugando, está compartiendo las sensaciones del tenista, muchas veces solo le mira a él. Es un capitán muy comprometido, y eso los jugadores lo valoran". "Cuando ellos ganan, yo gano. Me siento realmente exhausto, siento que merezco parte de ese triunfo", revelaba hace poco el propio Forget. "A sus órdenes, el equipo francés es competitivo siempre", añade Sánchez Vicario; "en casa es muy difícil, lo vimos el año pasado, que nos pegaron una paliza, pero fuera no van entregados, van a competir. Eso dice mucho del espíritu que les impregna, con él han ganado partidos fuera con jugadores que en el circuito nunca dirías que podrían hacer nada".

Además de esa intensidad, según Sánchez Vicario, Forget tiene otras cualidades que le han permitido mantenerse en el cargo durante tanto tiempo. "Debe ser de los más longevos. Creo que tiene esa mano izquierda necesaria para pasar de generación en generación y la personalidad para imponerse a la gente", opina; "tiene mucho mérito. Estar ahí tanto tiempo significa que la federación ha confiado en él incluso cuando han cambiado los presidentes y que les gusta a los jugadores. Dice mucho de él, de cómo hace las cosas". En 2010, Francia cayó en la final de la Copa Davis ante Serbia. A Forget, sin embargo, le renovaron por dos años. Es , en definitiva, un capitán inagotable.

Albert Costa y Guy Forget posan durante el sorteo de emparejamientos.
Albert Costa y Guy Forget posan durante el sorteo de emparejamientos.RAFA ALCAIDE (EFE)

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