El Getafe angustia al Madrid
El equipo madridista resuelve (4-2), gracias a la pegada y puntería de sus delanteros, un duelo de lo más puntiagudo
El segundo turno de la Liga desmintió al primero. Al bipartidismo goleador de Barça y Madrid en la primera jornada respondieron la Real Sociedad y el Getafe de forma ejemplar. Si los azulgrana se desplomaron tras un arranque fulminante, lo mismo estuvo a punto de sucederle al Madrid en su estadio ante un Getafe desmaquillado por sus muchas ausencias. El equipo de Mourinho tuvo una puesta en escena vigorosa, pero los chicos de Luis García le hicieron pagar durante muchos minutos su tendencia a comportarse como un conjunto demasiado gaseoso, explosivo por momentos y disperso durante muchos otros. Fuera o no por el llamado virus FIFA, Barça y Madrid no fueron el rodillo que se presumía. El Madrid, al menos, salvó los puntos, aupado por Cristiano y Benzema y aliviado por una equivocación arbitral, un inexistente penalti de Díaz a CR con 1-1.
REAL MADRID, 4 - GETAFE, 2
REAL MADRID: Casillas, Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo; Xabi Alonso, Coentrao, Di María (Kaká, min. 72), Özil (Higuaín, min. 85); Cristiano Ronaldo y Benzema (Granero, min. 90).
GETAFE: Moyá; Cata Díaz, Miguel Torres, Valera, Masilela; Lacen, Casquero (Barreda, min. 70), Pedro Ríos (Colunga, min. 80), Sarabia (Güiza, min. 70), Juan Rodríguez; Miku.
Goles: 1-0, min. 15, Benzema. 1-1, min. 40, Miku. 2-1, min. 60, Cristiano Ronaldo, de penalti. 3-1, min. 69, Benzema. 3-2, min. 73, Miku. 4-2, min. 88, Higuaín.
Árbitro: Clos Gómez (Col. Aragonés). Amonestó a Cristiano Ronaldo (min. 20), Carvalho (min. 68), Xabi Alonso (min. 81) por parte del Real Madrid y a Valera (min. 20), Casquero (min. 44), Miguel Torres (min. 83) por parte del Getafe. Expulsó al entrenador del Getafe, Luis García, por protestar.
Estadio: Santiago Bernabéu. 75.000 espectadores.
Despegó el Real Madrid con la exuberancia que le distingue. Enérgico, pletórico, con Cristiano Ronaldo a la corneta y Coentrâo de agitador en todas las zonas del campo. Un tormento para el Getafe, que tardó media hora en quitarse el chándal. Cada futbolista de Luis García iba a rueda del madridista de turno. El Madrid, ya se sabe, tiene poca pausa, un desaliento para sus adversarios. Lo padeció el Getafe, incapaz en el inicio de echar el lazo a los atacantes del Madrid, cuya versatilidad asfixia a los rivales. Benzema no es un ariete convencional y Cristiano parte de una orilla pero es lo que quiera ser. Son un señuelo: dentro del área, el portugués es más depredador; por la periferia, el francés es más sutil.
Fue Cristiano el primero en probar a Moyá, el portero del Getafe, y precisamente Benzema quien antes embocó. Lo hizo tras una geométrica jugada entre Özil, Marcelo, Coentrâo. El alemán, del que partió la acción, llegó donde más dañino es, al último pase. Benzema definió con contundencia y precisión. Antes de que el Madrid se agrietara en el tramo final del primer acto, otra vez Benzema fue el protagonista. A un excelente toque suyo llegó Coentrao a toda pastilla, pero su disparo se desvió. Al instante, a un centro del galo desde el costado izquierdo no llegó Cristiano por un flequillo. No había huellas del Getafe, estrangulado por el Madrid y rebajado por sus múltiples bajas. Hasta que el partido dio un vuelco inesperado.
Confiado ante el curso de la faena, el grupo de Mourinho echó el freno, quiso dar otra cadencia al encuentro. Pero el Madrid no está preparado para hibernar. Sin vértigo, el equipo se quiebra por el eje, no es un conjunto que quiera abanicar el juego a partir de la pelota, no siempre, como ocurrió en La Romareda, todos participan de esa partitura. La distensión madridista despertó al Getafe, que agrupó por el centro a Casquero, Juan Rodríguez y Laccen, siempre en superioridad ante Xabi Alonso y no siempre Coentrao. El portugués tiene recorrido, el propio de un lateral con buen depósito físico, pero en la sala de máquinas hay que medir los tiempos, interpretar el discurrir del juego, lo más conveniente en cada momento. Frente al Getafe, Coentrao pisó más el área de Moyá que la zona de auxilio de Alonso, o la de Marcelo, al que casi nunca ayudó ante Pedro Ríos. Un centro de éste peinado por el lateral brasileño del Madrid se estrelló en uno de los postes de Casillas. Un aviso. De inmediato, Miku, sobresaliente toda la tarde en su desigual asalto con Pepe y Carvalho, silenció al Bernabéu. Coentrao, fuera de sitio, habilitó la posición del venezolano, que no tiritó ante Casillas. De repente, el Getafe se vio en el partido.
Con todo un tiempo por delante, el Madrid se encontró con una angustia con la que no contaba. Ni el cartel del Getafe ni el tránsito del partido en la primera media hora hacían presagiar que el Madrid pudiera incomodarse. El gol de Miku turbó a los locales e hizo ver al Getafe que Chamartín no era un simple peaje. Desatado el Madrid, con las líneas a mucha distancia, el equipo de Luis García mantuvo el pulso sin necesidad de atrincherarse en su portería. Hasta que "regresaron" al choque los dos protagonistas del inicio: Cristiano y Benzema. Una tijereta de Ronaldo salió escupida por el poste y la pelota cayó a pies de Coentrao, otra vez flirteando con el gol, pero al ex del Benfica se le hizo pequeña la portería. Al rescate acudió de nuevo CR, que encaró a Cata Díaz al borde del área. El argentino llegó tarde, el portugués hizo lo suyo por ser enganchado y el árbitro puso de su parte. La jugada se produjo fuera del área, pero Clos Gómez tuvo mala vista. Un error. CR acertó en el penalti y apenas diez minutos después invitó al gol a Benzema con un pase genial. Luego se la devolvió el francés, pero Moyá acertó en el mano a mano con el portugués. Antes, Miku había vuelto a acongojar al Madrid con un segundo gol.
Desordenado el equipo de Mourinho, con muchos solistas y pocos mosqueteros, nada que ver con el paso por Zaragoza, el Getafe creyó en el posible bingo hasta el final. Luis García puso de su parte y el equipo concluyó sobre el Bernabéu con tres delanteros: Miku, Güiza y Colunga. Se quedó a un palmo de imitar a la Real. En el último instante, Higuaín despejó el suspense en una jornada de sufrimiento para los grandes.
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