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CLIC-CLAC: PEDRO HORRILLO

Camino de la perfección

¿Existen los guiones perfectos? Yo creo que no, que todo es mejorable, incluso aunque lo que sea mejorable sean tan solo pequeños e intrascendentes detalles. Lo que si existen son finales ideales; esos en los que, vistas las circunstancias, las cosas no podrían haber terminado mejor de lo que lo han hecho. Esos en los que pensar en algo mejor aún es dejarse llevar por la utopía.

Ayer, en la etapa de Bilbao que significó el regreso de la Vuelta a Euskadi tras 33 años de ausencia, se dieron varias circunstancias que fueron en sí mismas finales ideales.

¿Por cuál comenzar? Cuestión importante, porque comenzar por una significa dotar de más importancia a ese tema que a los subsiguientes, cuando no es el caso, así que me dejaré llevar por lo subjetivo y comenzaré con lo que a mí más me ha emocionado.

Por supuesto, la extraordinaria victoria de mi amigo Igor Antón, Fuji, ante sus paisanos; y todo lo que ello supone, tanto para él personalmente, como para su equipo. El Euskaltel venía a esta Vuelta con grandes ambiciones: a ganarla con Fuji. Y Fuji no tuvo las mejores sensaciones en cuanto comenzó su terreno y enseguida se vio descartado en la lucha por la general. No obstante, Fuji se recuperó física y anímicamente -esto último lo más difícil en una vuelta de tres semanas- y tanto en la etapa del Angliru, como en la de Peña Cabarga lo intentó con más ganas que fuerza. Y ayer hizo lo mismo, pero esta vez en casa, en las dos subidas al Alto del Vivero cuyo inicio se sitúa a menos de un kilómetro de su domicilio. Y espoleado por sus amigos, por su afición, por su orgullo, por su visión mítica del ciclismo, por todos, por mí mismo, nos ofreció un magnífico recital de ciclismo que culminó con sus brazos alzados en la Gran Vía bilbaína. Eskerrik asko Fuji, zorionak.

Como consecuencia, su equipo, el equipo de esta tierra, consiguió su primera victoria en esta Vuelta en la etapa en la que más ilusión les hubiese hecho ganar. Zorionak para ellos también, pues, por su actitud en carrera, este equipo también se merecía este premio.

Otro final ideal fue lo vivido con la afición, entre la que me incluyo. Lo que yo he vivido hoy como aficionado, y lo que me han contado que ha sucedido durante la etapa era algo con lo que llevábamos soñando mucho tiempo. El ambiente, el respeto y el disfrute por el espectáculo han estado por encima de cualquier idea política. Los que no estaban de acuerdo con esta visita de la Vuelta a Euskadi han mostrado su desacuerdo respetando aspecto deportivos. Me parece perfecto. Las ikurriñas se han visto por miles y los silbidos a la guardia civil, siendo significativos y simbólicos, no me parece que hayan empañado la fiesta. Bravo por esta afición. Nos merecíamos un espectáculo como este y lo hemos tenido. Y este espectáculo se merecía una afición como esta, sin duda ninguna.

Y se me agota el espacio y aún no he hablado de la lucha entre Cobo y Froome, la patata caliente de esta Vuelta. El resultado fue que Cobo siguió con su cuenta atrás, dos días ahora hasta Madrid, y Froome con la suya adelante, dos oportunidades fallidas. Para el del Geox un final ideal. Lo opuesto para el del Sky, pero no sin intentarlo con toda su artillería, tal y como era su obligación.

Hoy se espera más de lo mismo camino de Vitoria, a ver si se siguen puliendo esos detalles en la búsqueda de la perfección.

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