Un futbolista de la calle
Valera, que no llegó al fútbol federado hasta los 15 años, recala en el Getafe
La vida de Juan Valera (Bullas, Murcia; 1984) cambió para siempre un día de 1998, cuando iba camino de cumplir los 15 años. Él jugaba al fútbol en la calle, con sus amigos, como hacía siempre. El balón era una afición de la que nunca pensó que podría vivir, puesto que en La Copa de Bullas, la pedanía en la que vivía, no había ningún equipo ni escuela de fútbol. Por eso seguía sin estar federado a una edad en la que algunos intuyen ya cercana la élite. Ese día, sin embargo, unos ojeadores del Club Deportivo Bullense, el equipo de una localidad cercana, se acercaron a las plazas en las que jugaba para verle y le cogieron para el equipo. La jugada les salió bien: Valera destacó como lateral e interior, cuatro años después le fichó el Murcia, debutó en Primera, pasó al Atlético de Madrid y se estrenó con la selección sub 21. Su meteórica progresión, sin embargo, se vio frenada por las continuas lesiones que ha sufrido. Pero el Getafe confía en que el futbolista de un nuevo empujón a su trayectoria.
"Nos llegaron informaciones de que un chaval que jugaba en la calle que era un fuera de serie, así que nos acercamos. Nos gustó mucho y le cogimos para el equipo", explica Vicente Fernández, entonces coordinador de fútbol base del Bullense y actual responsable de captación del Murcia. "Cuanto antes se empiece a jugar en un club o en una escuela, mejor, pero tampoco tiene una importancia capital. Quizá, si hubiese empezado antes, habría mejorado un poco más el estilo, pero él lo suple con mucha dedicación porque es un trabajador nato", explica Fernández, que fue el primer entrenador de Valera. En la misma línea apunta Juanjo González, coordinador deportivo del Racing y segundo entrenador del club cántabro en la temporada 2008-09, cuando Valera jugó en Santander cedido por el Atlético: "Es muy receptivo a las instrucciones. Aprende bien y rápido, así que no le ha afectado para nada empezar tarde en el fútbol federado".
La carrera de Valera, que comenzó con tanta fuerza, se vio frenada cuando parecía lanzada. En la campaña 2006-07, cuando se empezaba a hacer un hueco en la defensa del Atlético, se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla en un partido frente al Deportivo. Estuvo seis meses de baja. Su mala suerte continuó después, con otras lesiones musculares que le impidieron afianzarse en el equipo. "La lesión de rodilla le partió por la mitad, le obligó a empezar de cero", explica Fernández. Tras ese percance, nunca se consiguió asentar en el Atlético. González subraya que, pese a todo, Valera siempre cumple: "Es un reloj, un gran profesional. En el Racing nos aportó mucho. Cubre el lateral y puede crear peligro con su llegada. Es muy regular, sabes que siempre va a tener una actuación de seis o siete. Tiene mucho poderío físico y domina el juego aéreo". Ahora, en Getafe, tendrá la ocasión de demostrar que las lesiones ya son solo un mal recuerdo en su carrera.
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