Rolando, héroe por un día
Dos goles del central conceden la Supercopa de Portugal al Oporto, que doblegó al Vitoria de Guimaraes.- En Alemania, Neuer, el portero del Bayern fichado este verano por 20 millones, la pifia en un gol y provoca el triunfo del Mönchengladbach (0-1)
No ha podido comenzar mejor el Oporto su nueva andadura tras la marcha al Chelsea del técnico André Villas-Boas, que la temporada pasada llevó al conjunto luso a conquistar la Liga, la Copa y la Liga Europa. El equipo dirigido ahora por Vítor Pereira no se ha apartado de la senda del éxito y alzó la Supercopa de Portugal tras imponerse (2-1) al Vitoria de Guimaraes, rival del Atlético en la Liga Europa. Ratifica, de esta forma, su aplastante dominio en una competición que ha conquistado en 18 ocasiones -el segundo equipo que más entorchados acumula, el Sporting de Portugal, lleva siete-. El Guimaraes, que ya había perdido frente al Oporto 2-6 en la final de la Copa, tiene que seguir conformándose con ver en sus vitrinas la solitaria Supercopa de 1988, el único trofeo que ha conquistado hasta hoy.
Esta vez, los héroes del partido no fueron ni Falcao, el ariete colombiano que deslumbró en la última Liga Europa al marcar 17 goles, que no salió de inicio, ni Hulk, el pichichi de la pasada Liga portuguesa y que anoche dejó su instinto depredador de lado para transformarse en un asistente. Fue el central Rolando, internacional portugués, autor de los dos goles del Oporto, el verdadero protagonista de la velada. No firmó el zaguero ni un solo tanto en el pasado ejercicio liguero, pero ya dejó huella en la pasada edición de la Supercopa, cuando su equipo tumbó al Benfica y marcó un gol. En esta ocasión, fueron dos. El primero, muy tempranero, al tercer minuto, cuando cabeceó con violencia un centro de rabona de su compañero Hulk. En el segundo, logrado diez minutos después de que Toscano acortase distancias para el Vitoria, fue ayudado por un defensa que desvió el balón.
En Alemania, el rostro de Bastián Schweinsteiger, camino del vestuario, era todo un poema. Los de los directivos del Bayern, en el palco presidencial del Allianz Arena tras el batacazo de su equipo en la primera jornada de la Bundesliga, también expresaban una profunda amargura. Acababa de caer el coloso de la Liga alemana frente al Borussia de Mönchengladbach, cuyos futbolistas se fundieron en un inmenso abrazo cuando el árbitro decretó el final del choque y certificó la primera gran sorpresa del campeonato. Igor de Camargo, al autor del gol del triunfo, era el más risueño. Manuel Neuer, el fichaje estrella del Bayern en este curso (20 millones), el portero internacional de Alemania, el dorso de la moneda.
No ha comenzado con buen pie el Bayern y menos Neuer, que midió mal, salió en falso, llegó tarde y propició que el ariete rival solo tuviera que cabecear para guiar el balón hasta la red. Puesto en tela de juicio antes de su fichaje por la afición bávara porque Neuer era hincha, literal, del Schalke cuando era niño, ahora lo tendrá aún más complicado. "Quiero jugar regularmente en Europa", señaló Neuer cuando se marchó del Schalke, envuelto en lágrimas. Allí, en Gelsenkirchen, le perdonaron. Pero en Múnich tiene una dura prueba, como bien sabe Kraft, impuesto por Van Gaal el curso pasado y expulsado del equipo titular por la afición.
A Neuer, en cualquier caso, no le ayudó su equipo, falto de juego y, sobre todo, de puntería. Sí que asedió el Bayern en la última media hora, pero, pese a los empeños de un combativo Ribèry y del cañonero Mario Gómez, perdieron los de Jupp Heynckes, que deberá trabajar a destajo para sacar brillo a su plantilla y plantar cara al último campeón, el Borussia Dortmund. Tampoco ha sido bueno el estreno del Bayer Leverkusen, que perdió frente al Mainz (2-0).
Si Alemania deparó el tropiezo mayúsculo del Bayern, en la Eredivisie no se alteró en exceso el guion. Arrancó con fuerza el Ajax, que defiende del título conquistado la pasada campaña y que le endosó una severa goleada al De Graafschap (1-4). El habilidoso Miralem Sulejmani, con dos dianas, guió al cuadro de Frank de Boer, que completó el marcador con los tantos de Boerrigter y Janssen. La derrota del PSV ante el AZ Alkmaar (3-1), en otro envite con presencia de candidatos al título, y el triunfo del Twente contra el NAC (0-1), redondearon la primera jornada de la Liga holandesa.
Más lejos, en Dinamarca, el Odense, rival europeo del Villarreal en la previa de la Champions, tuvo que remontar el prematuro gol del Brondby y al final logró imponer su mejor juego (2-1). A falta de poco más de una semana para el primer duelo, que se disputará en tierras nórdicas el próximo día 17, los daneses ofrecieron un buen nivel. Kadrii y Johansson rubricaron los goles.
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