Misil Missy
La estadounidense Melissa Franklin, de 16 años,conquista dos oros en una tarde y se convierte en la gran revelación de la natación femenina mundial
La natación estadounidense alumbró una estrella en Shanghái. Se trata de una rubia sonrosada de solo 16 años que cuando sonríe deja ver el corrector bucal, y que ayer fue capaz de nadar los 200 espalda por debajo de 2m06s antes de tirarse en la última posta del relevo de 4x100 estilos femenino para segurar el oro a su equipo y otra marca fastuosa: 3m52,19s. Se llama Melissa, 'Missy', Franklin y es la sensación del equipo americano. Una nadadora que, desde que comenzó a acudir a los Grandes Premios americanos el año pasado, en Charlotte, no ha dejado de asombrar por su precocidad y su facilidad para nadar distintas pruebas. En Shanghái ha conquistado tres oros, una plata y un bronce dotando al equipo femenino de un poderío del que no había gozado desde los Mundiales de Barcelona en 2003.
Michael Phelps la vio dominar los 200 espalda mientras esperaba su turno en la cámara de salidas. Quince minutos después, el nadador de Baltimore conquistó su tercer título mundial consecutivo en los 100 mariposa pero no se emocionó tanto cuando habló de su victoria como cuando le preguntaron por su compañera de equipo. "Es una tía increíble", dijo. "Yo no recuerdo que a su edad hubiera estado tan relajado compitiendo en tantos eventos: tres pruebas de estilos y dos individuales... Ha hecho el récord americano de 200 espalda, ha nadado los 200 libres más rápidos del Mundial liderando el relevo... ¡Dios mío! Es como si nunca se cansara. Está pasándoselo en grande y eso es lo genial de ella. Está feliz de estar aquí. No se lo toma todo súper seriamente. Está súper relajada. Es la forma correcta de hacerlo. La forma fácil de hacerlo".
Su marca en los 200 espalda, 2m05,10s es el tercer mejor tiempo de la historia en una prueba en la que las mujeres solo consiguieron bajar de 2m06s con bañadores impermeables de poliuretano. En el relevo de 4x100 estilos le tocó participar como 'ancla' en la sección de crol, en donde hizo 52,79s, el mejor tiempo de la última manga de la carrera para sumar un total de 3m52,36s, a menos de dos décimas del récord mundial logrado por China con los bañadores prohibidos en 2009.
Jack Bauerle, el viejo entrenador de la Universidad de Georgia, responsable del equipo femenino de Estados Unidos, se congratuló de poder contar con un talento con tanto potencial para los Juegos de 2012. "Va como un misil", dijo este pequeño líder de piel atezada que se ocupa de coordinar a las nadadoras estadounidenses del equipo nacional absoluto desde hace más de una década.
Dice Phelps que Missy nunca se cansa. Missy se divierte porque tiene unas condiciones físicas que le permiten vivir así en la piscina. "Le doy gracias a Dios por haberme dotado de un cuerpo perfecto para nadar", dice, y hace referencia sobre todo al número de su calzado: el 45. Como dijo la veterana Natalie Coughlin: "Es la persona más entusiasmada del equipo. Vive en estado de excitación y eso es muy refrescante para todos los que llevamos tantos años compitiendo. Cuando se enteró de que nadaría el relevo empezó a decir: '¡Qué excitante, nadaré el relevo de 4x100 estilos!' Es como si dijera: '¡Pero si es gratis!".
Sentada junto a Coughlin, la primeriza intentó explicar sus sentimientos en una conferencia de prensa: "Nunca he sido tan feliz en toda mi vida", dijo. La piscina es fantástica, la gente es tan energética... Es tan excitante estar aquí... Los 200 espalda han sido mi última prueba individual y los he disfrutado como nunca he disfrutado una carrera. Son mis primeros Mundiales. Y ya nunca habrá unos primeros Mundiales para mí, así que he decidido ser feliz". Coughlin la miró condescendiente y luego se dirigió a la audiencia: "¿Entendéis ahora lo que quiero decir?".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.