La vida sin el Kun

Obligado a reinventarse tras romper con Agüero, acostumbrado durante cinco años a la magia de las gambetas del Kun y su fútbol de dibujos animados, el Atlético se llevó un sofocón contra la muchachada del Stromgodset, la penitencia que le tocó en la tercera ronda previa de la Liga Europa por no cumplir con los requisitos esperados en la Liga. Con o sin el delantero argentino, lo que debía ser un sparring de lo más sencillo con el que inaugurar una temporada iniciada un mes antes de lo previsto se convirtió en una pesadilla. Los dos goles de Reyes a pase de Adrián (igual de preciosos los remates como las asistencias) podrían no ser suficiente en la vuelta la próxima semana: un error estrafalario de la última línea, una vez más terrible por su falta de concentración, originó un gol que revivió al campeón de Copa noruego a y complicó de mala manera el pase de los rojiblancos.

Falto de sincronía, tan intenso como desacertado, al conjunto de Gregorio Manzano le llevó una hora abrir el marcador, incapacitado por la resistencia de un rival tan desconocido como impronunciable y con una media de edad por debajo de los 22 años. Aun así, sin figuras de relumbrón, el Stromgodset aguantó el tipo sustentado por su mejor tono físico y por los reflejos de su portero, insuperable para Adrián y Forlán. Aunque remató al poste en una jugada bellísima y retrasó su posición para ofrecerse a elaborar las jugadas, el estilo que acostumbra en la celeste con Tabárez, el uruguayo notó la tralla de la Copa América y terminó desfondado.

Sin Forlán al 100% y con Agüero en Manchester, Adrián tampoco cumplió con su condición de pistolero del Atlético. Capaz de lo bueno y lo malo, el nuevo nueve rojiblanco recordó al punta del Deportivo que fallaba goles cantados, pero también al pichichi del Europeo sub 21 con su facilidad para asociarse y repartir caramelos. Como veía que no podía, que no era su noche tras fallar dos mano a mano en la primera parte, Adrián sacó a relucir sus condiciones de asistente: primero, a los 54 minutos, bajó con el pecho un envío en largo de Forlán y le dejó la pelota muerta a Reyes, que la colocó por toda la escuadra rematando en carrera.

El gol del extremo fue como una liberación, sobre todo porque se produjo después de que el árbitro no pitara un penalti de Joel sobre Berget.

La ventaja espoleó al Atlético, que se dio por satisfecho cuando una nueva asociación entre Adrián y Reyes fue recompensada con el segundo tanto. Lo que sucedió a continuación llevaba la marca Atlético: Miranda vio la roja directa y Storflor aprovechó un despiste de la defensa para chafar el estreno de un Atlético que promete turbulencias.