El Open no es para niños
Jiménez, Björn, Hansen y Calcavecchia, todos con 40 años o más, dan una lección ante los jóvenes en un complicado primer día del grande británico
El Open es un torneo donde el principal valor es la experiencia. Está por encima de la potencia, de la ambición por hacer pocas, de la agresividad en el campo, de estrategias, características que aúnan las nuevas hornadas de golfistas, casualmente los mejores del mundo. Pero el Open Británico es diferente, hay que saber jugarlo. Hay que olerlo, sentirlo. Por eso la veteranía es un grado importantísimo en este torneo. Tom Watson, cinco veces campeón en las Islas, asombró al mundo en 2009 cuando a los 59 años disputó un playoff por la victoria en Turnberry que al final ganó el estadounidense Stewart Cink, 23 años menor que él. Pero Cink tuvo que sudar sangre para ello. Watson falló y cometió un bogey en el 18 del último día, mientras que Cink acabó con un birdie que le permitía disputar el desempate. Watson perdió, pero dejó un resquicio de luz para los veteranos. Dejó la idea de que no hay que ser joven para ser competitivo.
Algo parecido está ocurriendo en el Royal St. George's de este año. El primer día ha amanecido muy complicado. Greens duros, calles más duras todavía con botes muy imprevisibles, un rough traicionero, viento y por momentos lluvia. Tras el turno de mañana, solo 10 jugadores han terminado bajo par. Todo un espectáculo. Había que sacar el repertorio y por ahí han tirado los daneses Thomas Björn (40 años), subcampeón en Sandwich en 2003, y Anders Hansen (41), el estadounidense Mark Calcavecchia (51), campeón de la Jarra de Plata en 1989, y el español Miguel Ángel Jiménez (47). Todos ellos han hecho menos de 70 golpes (par del campo) y además han dejado grandes sensaciones. Jiménez, cuatro bajo par, ha hecho hoy cuatro birdies y 14 pares. Una vuelta sólida sin errores. Björn, menos cinco, ha encadenado un serie de birdies entre los hoyos 14, 15 y 16, que han demostrado que todavía tiene mucho que decir en el mundo del golf. "Vengo a disfrutar", ha dicho Björn. "Estoy orgulloso de que lo mayores sigamos dando guerra", ha añadido Jiménez tras terminar su inmaculada vuelta.
En la otra cara de la moneda se encuentran los jóvenes, muchos de ellos grandes favoritos que han sembrado dudas. Buen ejemplo es Rory McIlroy, la joya de Irlanda del Norte, que ha terminado su vuelta con un agridulce uno sobre par, muy lejos de su portentoso juego. O Rickie Fowler, estadounidense de 22 años y gran sensación en su país, que ha acabado con unos decepcionantes 70 golpes si se tiene en cuenta que ha aguantado toda la vuelta en números rojos. Estos dos jugadores están entre los candidatos a ganar, tienen una calidad extraordinaria pero les falta algo. La experiencia que da un Open Británico. Esa que tienen Jiménez, Calcavecchia y Björn, especialmente este último, que perdió un Open en este mismo escenario hace ocho años.
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