Futbolista ante todo
Pallardó, que sufría ansiedad cuando no contaba con minutos, firma con el Levante tras tres temporadas cedido en la casa
Miguel Pallardó (Valencia; 1986) es un centrocampista fuerte que trabaja sin cesar porque así entiende que dignifica su oficio. Por lo menos, eso es lo que explican sus compañeros de vestuario, sus técnicos. Formado en la cantera del Valencia, pronto empezó a destacar en el Mestalla, lo que hizo que Quique Sánchez Flores lo llamara para hacer la pretemporada con el primer equipo y contara con él tras las lesiones de Ayala y Marchena. Fue, además, uno de los elegidos para formar parte de la selección sub 17 en el Mundial de Finlandia. Oskitz Estefanía fue su compañero de cuarto durante el Mundial y recuerda que Pallardó no lo pasó nada bien: "Tenía mucha ansiedad porque no jugaba y le costaba dormir por las noches, intentaba tranquilizarle y tuvo su oportunidad en la final, que la perdimos contra Brasil, pero jugar le animó mucho".
Siempre le pudieron las ganas de jugar. Por eso, tras perder el pasajero protagonismo en el Valencia, decidió irse al Getafe. Pero tampoco ahí tuvo fortuna; con Laudrup no disfrutó de muchos minutos y las llegadas de Esteban Granero y del alemán Eugen Polanski precipitaron su salida del club, cedido al Levante. Lugar donde consiguió hacerse un hueco, por entonces en Segunda División. Capital por su labor en el centro del campo, el equipo ascendió y el técnico Luís García pidió al club que consiguiera de nuevo la cesión del jugador. Algo que no le sorprendió a Iñaki Sáez, que contó con él para varios partidos de la Sub 21: "Quizás no es muy alto, pero es muy trabajador y un gran distribuidor que sabe mezclar con los compañeros. En su época, lo llamamos porque necesitábamos robar balones y él estaba muy metido en eso, tenía mucho futuro."
Frenado tras dejar el Valencia, perdido en el Getafe y recuperado en el Levante, ahora Pallardó ha conseguido lo que buscaba, después de tres años cedido en el equipo valenciano; los dos clubes han llegado a un acuerdo para el traspaso definitivo del jugador. "Queríamos que continuara y el jugador, también. Además, Miguel terminaba contrato el año que viene y eso facilitó las cosas", resume Francisco Catalán, presidente del Levante. "Seguramente no es una figura, pero es un jugador que hace equipo y eso es mucho mejor", recuerda Sáez. Pero para eso, necesita minutos, lo que siempre persiguió.
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