Uruguay se pierde en el camino
La selección charrúa no logra conectar la media con la excelente delantera y empata a uno frente a Perú
Exquisita en el remate, a Uruguay le faltan salvoconductos para llegar al área rival, con serios problemas de ingenio y de ingenieros. Una deficiencia superlativa que le penalizó ante Perú, selección castigada por las lesiones pero de identidad clara, sin adornos en su fútbol y de oportunismo excelente. Un delantero (Guerrero) valió lo mismo que tres (Luis Suárez, Forlán y Cavani); un empate a uno que acentúa la falta de gol en la Copa América y que completa las iniciales decepciones de las tres selecciones favoritas, de Argentina, Brasil y Uruguay.
Tener en nómina a un tridente ofensivo universal condiciona el sistema y la alineación. Eso le sucede a Uruguay, que les hace sitio en el equipo titular a costa de desproteger la medular, de debilitar la zona de creación. Un 4-3-3 donde sobra la dinamita pero falta el pase definitivo y, por consiguiente, el remate. Para paliar la carencia de un trampolín que impulse al equipo, Tabárez apostó por el fino pie de Lodeiro. Pero le escoró a la izquierda, de volante, porque en medio están Diego Pérez y Arévalo Ríos, dos futbolistas de mucha brega y músculo, aunque de escasa imaginación, con una facilidad admirable para el corte y los tobillos torcidos para entregar el cuero con ventaja a los compañeros. Y Lodeiro, sin libertad de movimientos, es medio Lodeiro. Quizá, también es media Uruguay. Algo de lo que no parecieron darse cuenta hasta que se liberaron de los corsés tácticos.
URUGUAY 1 - PERÚ 1
Uruguay: Muslera; Rodríguez, Victorino, Lugano, Cáceres; Pérez, Arévalo Ríos, Lodeiro (Rodríguez, m.78); Suárez, Forlán y Cavani (Hernández, m.78).
Perú: Fernández; Revoredo, Acasiete, Rodríguez, Vilchez; Balbín, Cruzado, Guevara (Lobatón, m.57), Yotum (Vargas, m.58); Guerrero y Advíncula (Chiroque, m.90+).
Goles: 0-1. min. 23. Paolo Guerrero. 1-1. min. 45. Luis Suárez.
Árbitro: Wilmar Roldán (COL) que mostró tarjetas amarillas a Guerrero, Acasiete, Cruzado y Vargas en Perú y a Cáceres en Uruguay.
Incidencias: Partido inaugural del Grupo C de la Copa América. Disputado en el estadio San Juan Bicentenario frente a unos 25.000 espectadores (lleno completo) la gran mayoría de ellos chilenos que llegaron para alentar a su selección en el partido que iba disputar a continuación frente a México.
Como Perú carece de toque y pase para mezclar, de intención para mantener la pelota y calidad para desarrollar su fútbol en campo ajeno, Uruguay se pensó que no tenía rival. Se equivocó de pleno; resulta que la selección de Markiarián sabe a lo que juega, conocedora de sus límites y deficiencias. Lo suyo es el fútbol primario, sin elaboración alguna ni fronteras, con enlaces directos y juego tosco. Así, Guevara -un oasis de técnica- cogió el esférico en su campo, levantó la cabeza y tiró un pase en profundidad a la carrera de Guerrero, que rompió el fuera de juego, dribló al portero y marcó a placer. Un tiro, un gol; puro Perú. Todo un hachazo para Uruguay. Nada definitivo.
Al igual que en el Mundial de Sudáfrica, cuando los charrúas mejoraron con el paso de los duelos y la negación del dibujo táctico, el equipo de Tabárez se volvió efervescente al desatarse, al enfilar la portería sin remilgos y sin atender con preocupación al retrovisor. Funciona mejor cuando los puntas se mueven por instinto y no se reparten las parcelas, cuando los laterales cruzan la medular y, sobre todo, cuando Lodeiro se desentiende del costado. Un balón de Pereira a Lodeiro, que recogió en el balcón del área, y pase filtrado al hueco, al estupendo desmarque de Luis Suárez, que le pegó raso y ajustado al palo, a gol.
Atrincherado Perú -cómo, en cualquier caso-, estiró más las líneas Uruguay. Pero se topó de nuevo con sus deficiencias. Lo probó Cavani, de falso extremo, lejos de su hábitat natural. Y remató desviado por dos veces Forlán (una ante la única resistencia del portero), hiperactivo, empecinado en actuar de pasador y rematador a la vez, por todo el frente del ataque y parte de la defensa. Pocas opciones porque, con más definición que construcción, no llegaban balones al área. De nuevo la táctica, de nuevo el fútbol plano y sin imaginación. Nada mejor para Perú, entusiasmado con las tablas, con un duelo a nada.
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