Dos vueltas para Rudisha

David Lekuta Rudisha volvió ayer a las pistas tras tres meses recuperándose de una lesión de tobillo. Y lo hizo con un aviso, el de que es el mejor ochocentista del momento. El plusmarquista mundial, el masai que acabó con la leyenda de Kipketer, hizo la mejor marca del año en Nancy (Francia) y sus dos vueltas a la pista en 1m 43,46s despejó las dudas sobre su recuperación de cara a los Mundiales de agosto.

La vida de Rudisha no ha sido fácil desde que sorprendió al mundo dos veces al batir la plusmarca mundial de Kipketer, indestructible durante 13 años, el año pasado. Con solo 21 años, el keniano machacó ese récord mítico por dos veces en tan solo una semana. Y empezó la leyenda. ¿Será el primer hombre en completar las dos vueltas a la pista en menos de 100 segundos?, decían los entendidos, blandiendo esa frontera mágica de la que se habla, con la que se sueña, desde los tiempos del gran Sebastian Coe.

Primero fue la fiesta. En su Kenia natal y en el mundo porque su hazaña le convirtió en el "Mejor Atleta del Año", según la federación internacional. Los agasajos retrasaron la preparación de Rudisha, que creció como cuatrocentista (como su padre, medallista olímpico con el relevo en México 68) y es de esos corredores altos -mide más de 1,90m- y potentes hechos más para la velocidad que para el medio fondo. Empezó el año 2011 entrenándose en Australia y en marzo ya corrió en Melbourne en 1m 43,88s.

"Voy un poco retrasado en mis entrenamientos este año, pero me siento bien ahora, me siento fuerte", reconocía en un encuentro telefónico con periodistas de todo el mundo menos de un mes después; "solo quiero correr como lo hice el año pasado, alrededor de ese tiempo, porque sería una buena progresión. Quiero ir paso a paso".

Faltaban entonces solo unos días para debutar en la prueba de Doha de la Diamond League. Su pie izquierdo se lo impidió y alteró todo su programación. Ni Doha, ni Ostrava, ni Roma... Algunos empezaron a dudar de que el chico de los récords llegara a los Mundiales, que empiezan el 27 de agosto en Daegu (Corea del Sur). Para el chico sería un drama. Rudisha se perdió los Juegos Olímpicos de Berlín por otra lesión y fue incapaz de clasificarse para la final de los Mundiales de Berlín el año siguiente. Muchos lo achacaron a su falta de experiencia en grandes competiciones.

Por eso, tal vez, tiene el Mundial en el punto de mira. "Es el momento de que gane el título y el año que viene los Juegos. Esos son mis objetivos. Los títulos son muy importantes para mí porque es la forma de que la gente se acuerde de ti. Mi padre lo hizo en los Juegos de 1968 y todavía lo recuerda", confiesa. Hasta entonces, seguirá entrenándose en la prestigiosa escuela de Saint Patrick, de donde han salido algunos de los mejores corredores del mundo, estudiando los vídeos de Coe en Youtube, leyendo grandes novelas, porque Rudisha ha vuelto.