Más tapones que puntos
Joel Anthony, especialista defensivo y titular en Miami, protege más su aro que ataca el del rival
Joel Anthony (Montreal, Canadá; 1982) nunca hizo mucho caso del dicho que asegura que la mejor defensa es un buen ataque. Especializado hasta el extremo en proteger su propio aro, el pívot de los Heat lleva en la final de la NBA ante Dallas -en la que ha sido titular hasta el momento en todos los partidos- más tapones (siete) que puntos (seis), en los 96 minutos que ha disputado.
Pese a que su nula vocación ofensiva le sitúe lejos de los grandes estilistas de la canasta, lo cierto es que a Joel Anthony se le puede considerar un estudioso del baloncesto, ya que su primer maestro fue un libro. A los 16 años, tras crecer más de 15 centímetros en un solo verano y rozar los dos metros, le aconsejaron en una tienda de ropa grande que se dedicara al baloncesto. A Anthony, que nunca lo había practicado, le pareció una buena idea, pese a que había un problema: no tenía entrenador.
Fue entonces cuando cayó en sus manos un libro llamado NBA Power Conditioning, que se convirtió en su tutor. La imagen de Alonzo Mourning en la portada, otro gran taponador (aunque también anotador), le acompañó durante su lucha por encontrar un hueco en algún equipo de instituto. Tras años de esfuerzo, Anthony recaló en la Universidad de Nevada, con la que se coló entre los 16 mejores del país en su último año universitario. Fiel a si mismo, su premio como mejor defensor de la Conferencia Oeste no fue suficiente para que los ojeadores de la NBA se fijaran en él, lastrado por su media anotadora de apenas 3,7 puntos. Anthony no fue elegido en el draft, lo que le relegó a probar suerte en las ligas de verano que organizan los equipos.
El pívot canadiense recibió una oferta para participar en la de Miami y, tras impresionar a los técnicos, fue invitado a entrenar con el equipo. En su llegada al vestuario, acompañado por Bill Foran, el preparador físico de los Heat, vio en la pared algo que parecía un guiño del destino: un póster con la imagen de Alonzo Mourning en la portada de su libro de cabecera. Anthony no tardó en caer en la cuenta de que Foran, la persona que estaba a su lado, era el autor del prólogo de aquel NBA Power Conditioning.
Anthony parecía haber caído en el lugar adecuado. Los Heat, aunque han intentado en vano desde su llegada mejorar su rendimiento ofensivo -su promedio de anotación ha bajado desde 3,5 puntos en su primer año a dos en esta temporada, su cuarta en la Liga-, han comprendido que la aportación del canadiense al equipo será casi exclusivamente defensiva.
En una campaña en la que se ha convertido en el octavo jugador en la historia que suma más faltas que puntos habiendo jugado más de 1.400 minutos durante el año, Anthony ha igualado un récord que solo poseía Dennis Rodman: capturar al menos 15 rebotes durante un partido sin tirar al aro ni en juego ni desde el tiro libre. "Entiendo mis puntos fuertes. La defensa y el rebote, sé que son cosas en las que me tengo que centrar", explicó sin complejos el pívot tras el partido. "Capturar 16 rebotes y no hacer ningún tiro es algo reseñable. Joel está haciendo lo que pedimos", apuntó su compañero de equipo Dwyane Wade, que esa noche sumó 27 puntos gracias a 20 tiros de campo y 12 lanzamientos libres. "Está demostrando que puede cambiar los partidos. Creo que estuvo tremendo", certificó su técnico, Erik Spoelstra.
Si esta noche (03.00; Canal+ Deportes) el quinto partido de la serie -que marcha empatada a dos- llega igualado a los últimos minutos, difícilmente Spoelstra diseñará una jugada que acabe con el balón en las manos de Anthony. Sin embargo, el técnico de los Heat tiene clara la importancia del número 50 dentro del equipo: "Nunca hemos mirado el impacto que produce basándonos en los puntos que anota. Se trata de si nos ayuda a ganar a o no".
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