Otra gran victoria para Tondo

Ya nadie discute que no hay nada en juego en la cabeza del Giro -al menos, en lo que a su campeón se refiere-, así que, en el último día de montaña, el protagonismo lo han asumido los secundarios. Y más que nadie Vasili Kiryienka, bielorruso del Movistar, que ha ofrecido su gesta -200 kilómetros de escapada y casi cinco minutos de ventaja sobre el segundo, Rujano-, señalando al cielo, a su amigo Xavi Tondo, recientemente fallecido en un accidente en España. A casi seis minutos han llegado, con pocas fuerzas, sin arriesgar nada en todo el día, Scarponi y Contador, sexto y octavo, respectivamente. Y fundido, Nibali, que había sufrido una caída al principio, ha entrado undécimo, perdiendo 22 segundos con respecto a los dos primeros de la general.

En los últimos días, los largos llanos iniciales habían favorecido que se rodara a un ritmo rapidísimo. Hoy había nada menos que 200 kilómetros de trazado previo al primer puerto del día. Un buen calentamiento antes de afrontar la escalada del Finestre, ascenso terrible y lleno de curvas, con nueve kilómetros sobre tierra incluidos -nada que ver, eso sí, con la polvareda de la quinta etapa. La cumbre, que casi todos han tardado más de una hora en coronar, la había señalado Contador hace días como la última oportunidad de sus rivales para atacar su liderato. No es que su ventaja haya crecido desde entonces de forma exponencial, pero la solidez con la que ha dominado la carrera sí que ha sido suficiente como para que nadie contara realmente con poder derrotarle hoy.

Mientras el Liquigas tiraba del pelotón en el duro ascenso, el venezolano José Rujano (Androni) se movía como pez en el agua sobre la tierra del puerto. El pequeño escalador ha abandonado las filas del grupo principal para lanzarse en pos de los fugados y del hombre que a su vez se había adelantado a estos: Kiryienka. Quería brillar Rujano en una etapa en la que ya triunfó en 2005, año en que acabó tercero en la general y fue campeón de la Montaña. Pero el Finestre hoy era coto privado del bielorruso afincado Pamplona, especialista en este tipo de fugas, que ha hecho cima en solitario sin dejarse recortar un metro por sus perseguidores.

Han bajado como balas los ciclistas para afrontar todo un clásico, el Sestriere, la escalada que ponía fin a la formidable sucesión de ascensiones de la 94ª edición del Giro. Una meta a 2000 metros de altitud para despedirse de las alturas italianas. Kiryienka, imparable, ha llegado a los últimos 10 kilómetros con casi cinco minutos de ventaja sobre Rujano y seis sobre el pequeño grupo en el que marchaban los favoritos. Y creciendo. Enorme el bielorruso, segundo en la clasificación de la Montaña en el Giro de 2008. Totalmente relajado a la hora de cruzar la meta y dedicarle el triunfo a Tondo. Ya tiene el catalán, además del que le dedicó Contador el martes, un homenaje enviado desde sus propios colores. Un final inmejorable para la última escalada del Giro.