El Madrid, contra su pasado

"Siempre pone un poquito", reconoció el martes en rueda de prensa Alex Mumbrú, alero del Bizkaia Bilbao Basket, sobre el enfrentamiento que disputará a partir del viernes en las semifinales de la ACB contra su exequipo, el Real Madrid. No es el único; el equipo vasco cuenta con cuatro jugadores que pasaron por el Madrid. Además de Mumbrú están Axel Hervelle y Eduardo Sonseca, que estuvieron cinco años en la disciplina blanca, y Josh Fisher, que realizó dos pasos fugaces por el Madrid, la última de ellas en el pasado mes de octubre.

"Yo soy del Bilbao, nada más", aseguró Hervelle en la misma comparecencia que su compañero. Ambos fueron los primeros en recalar en la entidad vasca, tras la llegada de Ettore Messina al Real Madrid hace dos años. El torbellino que desató en la capital el técnico italiano en su frenética búsqueda del equipo perfecto -16 fichajes en dos temporadas-, hizo que el club no ejerciera su derecho de tanteo sobre el alero catalán y que el ala-pívot belga optara por cambiar de aires tras verse relegado a los últimos puestos de la rotación. Algo por lo que Hervelle aseguró que no guarda ningún "rencor, ni a Messina ni al Madrid".

Mientras Hervelle y Mumbrú disfrutaban de volver a sentirse importantes en su nuevo equipo, Messina no lograba los títulos que pedía una sección hambrienta de ellos. De hecho, ambos comparten junto a Sonseca un privilegio: ser tres de los jugadores que lograron el último título relevante que entró en las vitrinas blancas, la liga ACB de la temporada 2006-2007. Lo que hace que ahora haya más miembros de aquel equipo en el Bilbao que en el propio Real Madrid, donde solo sobreviven dos jugadores de esa plantilla: Felipe Reyes y un recién aterrizado Sergio Llull, que apenas llevaba un mes en el equipo.

No es el único pedacito de historia que han logrado firmar, ya que con la victoria del Bizkaia Bilbao Basket lograron que el club pasara por primera vez de los cuartos de final, tras apear al Power Electronics Valencia. Ante la escasa aportación de Fisher -habituado a un papel secundario- y con el trascendental Sonseca lesionado para el segundo partido, Hervelle y Mumbrú se multiplicaron para lograr el milagro. Mientras el belga se convertía en el jugador más valorado del equipo en la serie (16 por partido), el alero puso la jerarquía como campeón del mundo -lo fue en Japón 2006- para liderar la asombrosa remontada del segundo partido. Cuando el Bizkaia Bilbao perdía por siete puntos a falta de dos minutos, un triple y una bandeja de Mumbrú fueron los dos primeros clavos en la tumba del equipo dirigido por Pesic, en la que hasta el momento es la única sorpresa de los playoffs.

Una machada que quieren repetir contra el Madrid. "Pero debemos elevar la intensidad física", señaló Mumbrú. Una preocupación que comparte Hervelle: "Esperamos recuperar lo antes posible a Hernández-Sonseca [el techo del equipo, con 2,12 metros], porque ellos tienen jugadores muy altos". Aún más explícito sobre el camino a seguir fue el entrenador del equipo, el heleno Fotis Katsikaris: "El bebé está creciendo. Si quieres algo, el corazón es más fuerte que el cuerpo. Este equipo no tiene techo. Me faltan palabras en castellano y en griego. Estos son partidos de corazón y huevos".