Sofocón del Mallorca

Era el que mejor lo tenía, el que menos opciones tenía de descender, por algo le valía el empate o que perdiera cualquiera de los otros cinco implicados, pero aun así el Mallorca se llevó un sofocón terrible ante un Atlético que pese a la victoria y al hat trick de Agüero tendrá que anular la gira asiática para disputar una ronda perdida de la Liga Europa. Un castigo menor al fin y al cabo y que pudo ser mayúsculo para el conjunto balear: volver a pisar la arena de Segunda, una categoría que ya había olvidado desde el curso de 1996-97. El equipo de Michael Laudrup comenzó la noche 13º y la terminó 17º, un punto por encima del Deportivo. Un aviso ?solo en una ocasión, tras la disputa de la segunda jornada, había estado en puestos de descenso? que no fue a más por la falta de puntería de los delanteros de Riazor.

El Mallorca jugó con fuego pese a que arrancó con las pilas puestas, provocando tres córners en los primeros cuatro minutos. Con una victoria en los últimos ocho encuentros, con seis puntos de 24 posibles, la escuadra de Palma se lanzó hacia la portería de De Gea al galope, con Webó de hombre-boya. Tan concentrado estaba el equipo en atacar y atacar que descuidó su espalda, un pecado cuando Agüero figura en el reparto. El Kun corrió a un pase al hueco casi sin querer de Juanfran y marcó de tiro cruzado tras anudar la cintura de Nunes, el único defensa a la redonda. El gol provocó un cortocircuito en el Mallorca, que concedió el segundo gol de forma inmediata, con Mario Suárez de lanzador y Juanfran, que estaba de todas, de ejecutor.

Así terminó la primera parte, con los futbolistas de casa abotargados y presa de la ansiedad. Un gol del Deportivo bastaba para agitar todavía más la coctelera por el descenso yconvertir al cuadro de Palma en carne de Segunda División. Como no podía ser de otra forma, el Mallorca afrontó los últimos 45 minutos de la temporada acuciado por las prisas. Para empezar, De Gea volvió a lucirse sacando un chutazo a bocajarro de De Guzmán. Los isleños apretaban cuando la Pese a encajar tres goles, el portero rojiblanco cuajó una actuación estelar y le echó el cerrojo a su arco. Webó no sabía qué hacer y Nsue se gripaba en las diagonales que trenzaba. Ahí terminaban las acciones ofensivas de los de Laudrup, que salvaban el pescuezo solo porque Adrián y Riki fallaban lo habido y por haber para el Deportivo frente al Valencia. Con los bermellones atacados, con la grada pegada a los transistores, más pendientes de lo que se cocía en otros estadios que de la película de terror que protagonizaba su equipo, Laudrup, con 40 minutos por delante, se encomendó a Castro en lugar de un Tejera muy plano.

Por una vez la defensa del Atlético era impermeable, mientras que la del Mallorca, abotargada, no se entendía con Aouate y no provocaba de chiripa el tercer gol visitante. falta de disciplina de la última línea originó un golazo de Agüero. Reyes, de nuevo como mediapunta, miró al horizonte y mandó la pelota en largo para que el Kun, tras recortar a dos zagueros en una baldosa, la mandase a la escuadra de un derechazo.

Faltaba media hora y el Mallorca ya no dependía de sí mismo. Estaba en manos del Deportivo. El árbitro le dio emoción pitando un penalti por manos a Valera a tiro de De Guzmán. De Guzmán no falló y devolvió una mínima esperanza a la grada del Iberostar Estadi. Como Webó. volvía a encontrarse con los guantes de De Gea, mientras el estadio contaba los minutos que faltaban para el final del partido en RiazorLa remontada parecía imposible, aunque en medio estuviera el Atlético,pero en esas llegó la segunda diana del Mallorca, en un centro de Castro que el camerunés cabeceó pegadito al segundo palo.

Quedaban 20 minutos para seguir soñando, paradespertar o no de la pesadilla y el Mallorca se aplicó con las fuerzas que le quedaban. La lesión de Ramis por una rotura fibrilar con los tres cambios ya realizados añadió más drama a la tragedia. Pereira, tras recortar a Assunção, lanzó fuera un gol que ya cantaban, liberados, los hinchas del Mallorca. Pero justo cuando lo creyentes ganaban a los escépticos en la grada el fútbol lució su lado más bonito y más cruel. Agüero, solo contra el mundo, recibió escorado en el área, y tras irse de medio equipo, firmó su primer triplete con una vaselina casi sin ángulo. Fue uno de los goles más brillantes de su etapa en el Atlético. El de Webó, ya en la prolongación, fue el punto y final a una noche en la que el Mallorca se asomó al precipicio.

Mallorca 3 - Atlético 4