Choque de sentimientos en Riazor
Caparrós e Irureta, dos viejos conocidos del Depor, se miden con Lotina, eterno aspirante al Athletic
Cromos cambiados, intercambios de declaraciones altisonantes y aspiraciones varias. Los protagonistas del duelo de esta noche en Riazor (20.00) andan cruzados. Está Joaquín Caparrós, el técnico del Athletic, que tras su exitoso paso por el Sevilla, fracasó en el Deportivo, donde nunca entendieron su propuesta de fútbol. Está Jabo Irureta, director deportivo del Athletic, que hizo tras Arsenio Iglesias un Depor sensacional. Y está Miguel Ángel Lotina, entrenador en A Coruña, eterno aspirante a sentarse algún día en el banquillo de La Catedral. Un mejunje que puede definir la participación del Athletic en la Liga Europa; un cóctel que puede arrastrar al Deportivo a Segunda División.
Sin dinero para fichajes y enfrentado con jugadores adorados por la afición, como Scaloni y, sobre todo, Diego Tristán, Caparrós consiguió en el Deportivo evitar el descenso. Pero no silenció a la grada, crítica por la tacañería del equipo en el juego, escaso de pases y remates. El diario oficial del club se ensañó con él y Caparrós, molesto por todo, decidió hacer mutis por el foro. Lo contrario le ocurre en Bilbao, donde logró clasificar al equipo parala final de Copa del curso anterior y donde el público le respeta porque ha conseguido atornillar al Athletic en la parte burguesa de la tabla, a un paso de disputar la Liga Europa. También se quiere marchar porque considera acabado su ciclo en el club, pero nadie le recrimina nada, más allá de que alguno que también le discute su apuesta futbolística, sin mucho toque y de juego directo. Una victoria en Riazor, en cualquier caso, le acercaría a Europa y rompería el gafe que tiene en el estadio coruñés, inexpugnable para él desde que se marchara.
Para Irureta el Athletic lo es todo, o casi todo. Como jugador, disputó más de 100 partidos con la zamarra de los leones, disputó una final de la UEFA sin el laurel final frente al Juventus (1977) y se retiró allí. Pero como técnico, sus éxitos se leen en clave deportivista. Ganó la única liga del Depor en su historia (2000), se coronó con la Copa del Centenariazo ante el Madrid y pisó unas semifinales europeas. De ganar hoy el Athletic, el Deportivo quedaría expuesto a un descenso amenazante; le restarían dos partidos, ante el Barça y el Valencia. Un castigo para el equipo que encumbró Irureta.
En el bando contrario aparece Lotina, que siempre ha sonado con ser el relevo de cualquier técnico en La Catedral, sin certificarse nunca la opción, por más que se dejara querer en cada ocasión. Ha pasado, sin embargo, por todos los equipos colindantes, como el Logroñés, Osasuna y la Real Sociedad. Apreciado por la grada coruñesa, jaleado esta semana tras crucificar al árbitro que le señaló dos penaltis en contra frente al Sporting, el palmarés del entrenador se queda en una Copa (Espanyol) y en la Intertoto con el Depor. Ya ha avisado que no iba a continuar el equipo, pasara lo que pasase. Riazor no se lo tiene en cuenta, como tampoco le cogerá ojeriza a Irureta. No ocurre lo mismo con Caparrós. Choque de sentimientos.
Caparrós vuelve al Calvario
Cuesta creer que un entrenador vete al periódico oficial del club por los ataques sufridos desde las instancias periodísticas del club. Pues ocurre. Lo sabe Joaquín Caparrós que hoy juega en Riazor ante el Deportivo, convertido en su monte Calvario particular, que tuvo que negarse a hacer declaraciones al órgano oficial del club después de ser perseguido tras su primer año y ahora recordado en su peor versión ante el trascendental partido en el que el Deportivo se juega la vida y el Athletic el puesto en Europa.
"Si te vas, otro vendrá" titulo Depor Sport, órgano del club, cuando acababa la temporada 2010, con fotos de los cuatro posibles sucesores de Caparrós. Guerra total que ha seguido durante y después de la salida de Caparrós de la capital coruñesa. En 2008, ya con Lotina en el banquillo, el mismo periódico titulaba, con motivo de un acto en una bodega gallega titulaba "Un gran mister", sobre la foto del técnico de Meñaka. Y debajo "...y no como otros", junto a una foto compungida de Caparrós. La herida seguía abierta. La herida supuraba tanto que el órgano oficial del club título ese mismo año ante la visita rojiblanca "El resplandor... llegó con Lotina", bajo una foto draculina de Caparrós que justificaba una fotografía del utrerano bajo un antetítulo que rezaba: "El fútbol de terror que vació Riazor está aquí otra vez".
Indudablemente Caparrós dejó huella en A Coruña, aunque tan profunda como para propiciar episodios cómicos como los relatados desde la propia organización del equipo albiazul. Lo cierto es que ahora el Deportivo, en su declive, se aboca a la Segunda División, algo que no es imputable a Joaquín Caparrós que salvó los muebles y forjó algunos canteranos de su equipo y de otros.
No parece, pues, que al técnico utrerano le duela una derrota del Deportivo hoy (20.00), después de tantos desplantes y situaciones inesperadas. Incuso Guardado, que no estaba en su época relata en Depor Sport que "algo le han contado algunos jugadores" que militaron con Caparrós en el banquillo. Quizás Sergio, que ya tuvo un feo detalle en el partido de la primera vuelta en San Mamés con Caparrós en la banda. Quizás algunos otros.
No será hoy un partido agradable para Caparrós que puede convertirse en el verdugo de su exequipo y acrecentar la ira de los sectores oficiales. Pero se juega el puesto en Europa en su monte Calvario particular antes de decidir su inmediato futuro. Pocas veces un técnico ha sido discutido internamente con tanta virulencia como Caparrós en A Coruña a donde llega en el momento más delicado de los últimos tiempos del equipo de Lendoiro.
El terror ahora parece que adquiere otro significado distinto del estilo de juego y afecta más a la supervivencia, Los tiempos cambian. EDUARDO RODRIGÁLVAREZ
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