"Cuando hicimos nuestro mejor fútbol, conseguimos poco premio"
Garrido lamenta la falta de puntería en el primer acto y Villas Boas apunta a la presión en el centro del campo como clave del partido
Juan Carlos Garrido no ocultó la realidad. Salvo sorpresa mayúscula, el Villarreal se quedará una vez más, por tercera vez en su historia, en las semifinales de una competición europea. El Oporto, en una segunda parte perfecta, destrozó al conjunto castellonense. "La clave fue que cuando el Villarreal mostró sus virtudes, solo conseguimos un gol", resumió el técnico del Villarreal lo acontecido.
Garrido, con sus mejores futbolistas disponibles, con el equipo más ofensivo y estético, sorprendió en principio a su homologó portugués, Villas Boas. Varió el esquema el técnico del Villarreal, apretando las líneas, arropando el centro del campo con Bruno, Borja Valero, Cani y Cazorla, recostando a Nilmar en la banda derecha y retrasando su posición. Rossi se ubicó como único delantero. "Hicimos nuestro mejor fútbol y conseguimos poco premio. No es una excusa, no quito méritos al Oporto, es la realidad", reiteró Garrido.
El dibujo del Villarreal desconcertó durante el primer periodo al Oporto. La velocidad de Nilmar fue un problema para el conjunto portugués. El delantero brasileño, al poco de dar comienzo el partido, se plantó solo ante Helton, que rechazó como pudo el tiro ajustado. La ocasión de Nilmar no resultó un oasis. Al contrario, marcó el devenir del encuentro durante los primeros 45 minutos. Una nueva carrera de Nilmar y su posterior envío a Rossi se quedó a unos centímetros del gol.
El Villarreal cedió gustosamente el terreno al Oporto que no sabía muy bien que hacer, acostumbrado al vértigo. El peligro portugués llegaba de los tiros lejanos que apenas inquietaban a Diego López, salvo uno de Hulk que pasó a un palmo del poste izquierdo del portero lucense. Y de nuevo Rossi pudo adelantar al Villarreal. Y nuevamente el esférico se marchó por encima de la portería. Demasiadas oportunidades malogradas.
El panorama pudo embellecerse más al inicio de la segunda mitad, cuando Cazorla dudó ante Helton. En la siguiente acción, Falcao fue derribado por Diego López dentro del área y, el propio colombiano, transformó el penalti. Todo cambió para mal del Villarreal, que comenzó a palidecer. "Fue la jugada clave del partido. Del 0-2 pasamos al 1-1", se lamentó Garrido.
A partir de ahí, creció el Oporto. "Tras el empate aparecieron sus virtudes, desaparecieron las nuestras y ellos consiguieron cinco goles", reconoció Garrido, al que ahora le toca levantar al vestuario. "Tenemos que levantar al equipo físicamente y mentalmente". No le hará falta a Villas Boas, que en el descanso azuzó a sus jugadores. "Dije a mis futbolistas que teníamos que presionar a los centrocampistas del Villarreal para que no hicieran su fútbol". Y remontó el partido con un gol de Guarín y tres más de Falcao. El colombiano, máximo goleador de la Liga Europa, con 15 tantos, destrozó al Villarreal que, salvo milagro, se aleja de Dublín.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.