Ganó el más necesitado
El equipo de Pesic vence al Real Madrid (81-72) y fuerza el quinto partido
La urgencia pudo con la tranquilidad. El Power se resistió a su teórico destino y ganó con todo merecimiento el derecho a seguir soñando con la Final a Cuatro. Ante un Madrid demasiado plano los valencianos se dieron un alegrón y demostraron el porqué han llegado hasta esta privilegiada situación.
Como ya había adelantado su entrenador después de lo ocurrido en el tercer encuentro, el Power propuso un ejercicio extremadamente intenso, sobre todo en los aspectos donde prima lo físico. Peleó cada balón, se vació en su esfuerzo defensivo, cerró mucho mejor el rebote y dio toda la velocidad que pudo a sus transiciones. A pesar de contar con una versión de Rafa Martínez algo descafeinada, Cook volvió a mandar como en el segundo encuentro, Javtokas se vengó sobradamente de Fisher y Reyes y en general todos los de Pesic jugaron con mayor empuje que el que mostró el Real Madrid, donde esta vez no hubo salvadores, empezando por Fisher, que de héroe paso a inadvertido. Entre los que jugaban sin red y los que sabían que nada era irreparable, terminaron ganando los más necesitados.
POWER E.VALENCIA 81 - REAL MADRID 72
Power Electronics Valencia (17+23+19+22): Cook (16), Martínez (10), Pietrus (6), Savanovic (12) y Javtokas (12) -cinco inicial- Lischuk (6), De Colo (12), Richardson (7.).
Real Madrid (14+24+17+17): Prigioni (11), Llull (9), Suárez (3), Reyes (6) y Tomic (20) -cinco inicial- Velickovic (4), Mirotic (3), Fischer (2), Vidal (-) y Tucker (14).
Árbitros: Mitjana (ESP), Herrezuelo (ESP) y Lottermoser (GER).
Incidencias: Cuarto partido de la serie de cuartos de final de la Euroliga disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 9.000 espectadores.
Hasta la mitad del tercer cuarto dio la impresión que el Madrid llevaba las riendas (40-46). Apoyados en Tomic, al que sólo las faltas personales (y a veces cierta falta de continuidad) han podido parar y con un Tucker mejorado, aguantaba aparentemente airoso los envites valencianos a la espera que al acercarse al precipicio, los nervios jugasen a su favor. Pero se le fue la mano con su complacencia. A partir de un par de jugadas clásicas de Javtokas, donde prima más el físico y la garra que la delicadeza, el Power se desmelenó e hizo pagar al Madrid con la misma medicina que dos días antes. Un 18-2 de parcial terminó con el debate, dejando tiempo para que la victoria se convirtiese en una fiesta con la que jugadores y público celebraron una aventura que sin estar acabada, ha merecido ya sobradamente la pena. Su capacidad para sobrevivir en las circunstancias más adversas bien merecía un homenaje.
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