Objetivo cumplido, pero sin brillo

Ruth Beitia, la eterna saltadora española, es la imagen de la participación española en la jornada matutina de los Europeos de atletismo en París, menos placentera de lo esperado, más sufrida, pero con el objetivo básico cumplido. La cántabra vivió una agonía, falló en 1,94m, una altura normalmente fácil para ella, y se clasificó por los pelos, en la octava posición, para la final.

Beitia, que fue plata en los Mundiales de pista cubierta el año pasado en Doha, ha llegado medio lesionada a París. Le duele la espalda y eso ha marcado su preparación. La italiana Di Martino, una de esas saltadoras pequeñitas -mide 1,69m- con piernas como muelles se mostró muy por encima del resto de competidoras.

Más brillante que Beitia estuvo Dolores Checa, que correrá por las medallas en 3.000m. Acabó tercera en su carrera (9m 4,06s). "El plan era salir a ver y, si la cosa iba lenta, ponerme a tirar", explicó después. "No tuve que esperar mucho porque pasamos los primeros 100m paradas en 21s. Así que me puse en cabeza y me salió todo perfecto, y más cuando a mitad de carrera miré la pantalla y vi que algunas favoritas se quedaban. Objetivo cumplido".

La valenciana no quiere ni oír hablar de las medallas. "Mi entrenador, Antonio Serrano, que sabe que si me presiona me bloqueo. Será el último que me agobie hablándome de medalla". Dolores tiene 28 años y una hermana gemela, Isabel, también atleta. Junto a ella, también estará en la final Paula González, que se clasificó por tiempos (9m 10s). Se quedó fuera Sonia Bejarano (9m 28s). Visto lo visto en París, la ruso Zadorovnaya y la azerbayana-etíope Abdullayeba y la británica Clitheroe son las favoritas.

Digna Luz Murillo (7,35s) merece capítulo aparte. La velocista, que formaba parte del grupo de Manolo Pascua, el técnico imputado en la Operación Galgo contra el dopaje, solo pudo ser cuarta en su serie. La atleta de origen colombiano tuvo que esperar al final de las series para ver si pasaba a semifinales. Lo hizo. "Me he levantado pronto de los tacos", analizó después. "Estoy muy a gusto, muy tranquila haciendo habitación con Nuria". La hispano colombiana no ha conseguido pasar a la final en la carrera de por la tarde, tras quedar septima en su serie con 7,34s. La favorita es la ucrania Olesya Povh, quien con 7,13, igualó la mejor marca euopea del año.

El velocista Iván Mocholí también se coló en semifinales de los 60m (6,74s), a pesar de terminar cuarto en su serie, la segunda de la mañana. Corrió junto a Francis Obikwelu, que se impuso (6,61s), otro de los discípulos de Manuel Pascua y Meri Martínez. Ángel David Rodríguez también fue cuarto en su serie con idéntico tiempo a Mocholí.

También pasó con facilidad, una de las estrellas de los campeonatos, el francés Christophe Lemaitre, el mejor velocista europeo, con permiso de Dwain Chambers -solo tercero en su carrera, 6,71s- , el primer blanco en bajar de los 10s en los 100m, campeón de Europa de 100m y 200m al aire libre. Lo hizo con el mejor tiempo (6,59s).

Entre los españoles que atravesaron la pista azul de París como un suspiro estuvo Concha Montaner (6,47m), décima en longitud. Naroa Aguirre, que cayó en pértiga (4,15m) y apareció hundida ante los periodistas: "lo he dejado todo para la última hora y no he sabido hacerlo". Y Raquel Álvarez, repescada a última hora por la federación, que se quedó en 1,85m, a tres centímetros de su mejor marca, penúltima, en altura. Álvarez, zamorana de 27 años, no es precisamente una promesa

Esta tarde llega el plato fuerte. La final de Nuria Fernández, testigo en la Galgo, que no ha preparado el campeonato porque estaba haciendo la temporada de cross y que fue repescada a última hora por la federación corre a las 17.15 la final de 1.500m. Con algunas de las mejores de la prueba, como la catalana Natalia Rodríguez, ausentes en París, Nuria Fernández es una de las favoritas a las medallas. Ayer logró el segundo mejor tiempo de todas las participantes.

Antes, a las 16.50, Jesús España puede lograr en los 3.000m la primera medalla para el necesitado equipo español. Su amigo, el británico Mo Farah, doble campeón de Europa al aire libre, es el gran favorito.