La revolución de los jovencitos

Matteo Manassero tiene 17 años. El joven prodigio de Verona es el golfista más joven en ganar nunca un torneo del circuito europeo (Castellón, octubre de 2010). A diferencia de otros adolescentes, Manassero se fija en los clásicos. Mientras otros chicos de su edad han crecido en el golf venerando el músculo de Tiger Woods, él lo hizo viendo vídeos de Severiano Ballesteros, aprendido de su imaginación con el palo. Manassero no tiene unos abdominales ni bíceps marcados, pero, como Rory McIlroy, representa la vena más natural del golf. El italiano ha sido elegido para participar el próximo marzo en un encuentro generacional con mitos como Gary Player y Bernard Langer acerca del Masters de Augusta, el torneo que ya jugó el año pasado, su segundo grande.

Manassero es el golfista más joven que sigue vivo en el Mundial Match Play que se disputa en Marana, Arizona (Canal + Golf). Y encabeza una pequeña revolución de los jovencitos: entre los 16 golfistas clasificados para octavos de final, ocho tienen 29 años o menos, y tres tienen o bajan de los 23. Manassero (17) ha dado cuenta hasta ahora de Steve Stricker y de Schawartzel; Ricky Fowler (22), la réplica estadounidense del italiano, sorprendió en la última jornada ganando de manera rotunda a Phil Mickelson (seis y cinco; es decir, seis hoyos ganados a falta de cinco por jugar); Jason Day (23) se cargó a Paul Casey; y al grupo de los veinteañeros se unen Martin Kaymen (26), Hunter Mahan, Ryan Moore y J.B. Holemes (28) y Nick Watney (29), que dejó fuera al número uno del mundo, Lee Westwood, por un hoyo.

Varios de ellos, pues, están en la lucha por convertirse en el ganador más joven del torneo: Woods lo ganó con 27 años en 2003. Manassero, Fowler, Day y Kaymer tienen la marca a tiro. Manassero la rompería por ¡10 años! de diferencia, amén de que sería el ganador más joven de un torneo del PGA desde 1900.

Entre la muchachada sobrevive con 47 años Miguel Ángel Jiménez, que eliminó al texano Ryan Palmer y en octavos se medirá a Ben Crane en su intento de igualar su mejor resultado, los cuartos que ya alcanzó en el año 2000.

Eliminado Mickelson -su mejor versión se espera de nuevo en Augusta- y Westwood, el palizón del día lo sufrió McIrloy, ocho y siete contra Crane, la segunda derrota más abultada en la historia del torneo -la primera, nueve y ocho, se la dio Tiger Woods a Stephen Ames en 2006-.