El 'Melodrama' acaba en Nueva York

El culebrón de Carmelo Anthony concluyó como él deseaba. A partir de ahora, el jugador franquicia de los Nuggets de Denver jugará en los Knicks de Nueva York. El All Star de la NBA concluyó el domingo, pero paralelamente se jugó también en los despachos con la implicación directa de nueve baloncestistas y el cambio sustancial de la composición de los dos clubes citados.

Los Knicks logran reunir a dos jugadores de primerísima categoría, dos magníficos encestadores, Amare Stoudemire, que recaló en el equipo el pasado verano procedente de Phoenix Suns, y Anthony. Stoudemire es el segundo mejor anotador de la Liga, con 26,1 puntos de media, además de 8,6 rebotes, y Anthony el sexto, con 25,2 puntos, además de 7,6 rebotes. Los Knicks han ligado la contratación de otro jugador de magnífico nivel y mucha experiencia, el base Chauncey Billups.

Al mismo tiempo, el conjunto de la Gran Manzana, que está cuajando un curso notablemente mejor que los últimos y es sexto en la Conferencia Oeste, con 28 victorias y 26 derrotas, renuncia a tres de los jugadores con los que más contaba su entrenador, Mike D'Antoni: Felton, Gallinari y Chandler, así como al ruso Mozgov, un pívot de 24 años y 2,16 metros en el que tenía depositadas muchas esperanzas, aunque no refrendadas en la cancha.

El movimiento es crucial en la etapa de profunda renovación desde que Donnie Walsh, el presidente de los Knicks, echara a Isiah Thomas en 2008 y centrara sus esfuerzos en romper los suculentos contratos de muchos jugadores que habían ofrecido un pobre rendimiento y que situaban al equipo muy por encima del límite salarial. Se trataba de reconstruirlo después de que no jugara las eliminatorias finales desde 2004, cuando fue eliminado por Nueva Jersey Nets, presidido ahora por el multimillonario ruso Mijail Prokhorov y que intentó fichar a Anthony hasta el último instante.

Durante los últimos tres años han ido abandonando el Madison Square Garden jugadores como Marbury, Crawford, Richardson, Randolph y, más recientemente, Lee, Robinson, Hughes, Hill y Jeffries. En esa marea de cambios también estuvo durante unos meses en los Knicks el base español Sergio Rodríguez, actualmente en el Madrid. Los resultados, hasta esta temporada, seguían siendo malos y algunos vergonzosos, como la derrota por 50 puntos en diciembre de 2010 ante Dallas Mavericks, la más abultada de los Knicks en su pabellón.

En la NBA, la mayoría de los jugadores no pueden elegir sus destinos, pero no es el caso de las grandes estrellas, como se ha demostrado con Anthony. Este pidió ser traspasado hace siete meses y ya entonces afirmó que su primera opción era Nueva York. Las negociaciones no fueron fáciles y el caso se convirtió en un culebrón llamado Melodrama.

Anthony podía convertirse en agente libre al final de esta campaña, pero corría el grave riesgo de quedarse sin contrato, dada la amenaza de los clubes de proceder al cierre patronal si no se llega a un acuerdo con el sindicato de jugadores para renovar el convenio colectivo, que expira el próximo verano. Denver le había ofrecido una extensión de su contrato por 65 millones de dólares (unos 46 millones de euros) en los tres próximos años.

El traspaso de Anthony prosigue la tónica de movimientos de los ases, sobre todo los de LeBron James y Chris Bosh a Miami Heat. Melo ha metido a Denver en los playoffs desde que llegó, procedente de la Universidad de Syracuse, hace siete años y medio, pero de forma reiterada ha caído en la primera ronda y solo llegó a la final del Oeste en 2009: la perdió ante los Lakers de Los Ángeles. Los Knicks reciben la próxima madrugada a Milwaukee Bucks y, si se arreglan los últimos detalles, podría producirse la presentación de Anthony.