Los malos modos del Tigre

El viaje a Dubái le ha costado una amonestación pública y una multa a Tiger Woods. El número tres del mundo fue cazado por varias cámaras de televisión, durante la retransmisión del torneo que ayer ganó el español Álvaro Quirós, escupiendo durante el recorrido, concretamente en el green del hoyo 12 en la última jornada. Una acción que el circuito europeo no ha pasado por alto. Mike Stewart, director del torneo, ha revisado las imágenes y ha comprobado que el estadounidense, de 35 años, rompió con sus salivazos el código de conducta de la competición. El circuito no hizo pública la cuantía de la multa.

Toda la vuelta a la normalidad de Tiger va encontrándose con obstáculos. Primero comenzó el año perdiendo el número dos del mundo en detrimento del alemán Martin Kaymer; luego vivió el abandono de otro de sus patrocinadores clásicos, la revista Golf Digest; sobre el campo sigue sin celebrar la victoria después de dos torneos jugados este año (en Dubái se desplomó en la última jornada, la de los escupitajos, y acabó 20º, a siete golpes del líder Quirós); y para colmo su imagen pública está lejos de sus intenciones de volver a enganchar al público.

Los organizadores de Dubái criticaron la actitud de Tiger, lejos de los modelos de conducta esperados para el que fue número uno del mundo y el jugador más admirado del circuito. Sin ningún título en 2010, sin ningún grande desde 2008, envuelto la temporada pasada en un escándalo matrimonial y con la pérdida de patrocinadores y seguidores, los malos modos del Tigre le jugaron una mala pasada.