Sorprendente exhibición del Levante

Un dignísimo grupo, humilde y de encomiable fe, sorprendió de principio a fin a un Villarreal que encajó su primera derrota en casa de la temporada ante el rival más insospechado. El Levante, con un planteamiento aparentemente conservador, resultó ser el equipo que ha mostrado más aptitud y oficio a su paso por El Madrigal ante un Villarreal desconocido que no encontró en ningún momento su cadencia habitual. Desbordado en todas las parcelas del campo, no supo como deshacer la tela de araña que tan afortunadamente tejió el Levante, cuya honestidad y sacrificio mereció la recompensa de una victoria y que le insufla ánimo y vida.

El Valencia había sido el único equipo que había logrado anular al Villarreal en El Madrigal en la presente temporada, a partir de una defensa con tres centrales y dos carrileros. Sentó cátedra Unai Emery con un sistema conservador que Gregorio Manzano imitó con el Sevilla en los cuartos de final de la Copa. Luis García se apuntó a la moda y apuntaló su defensa con tres centrales con experiencia, con Nano, Balleneros y Del Horno, apoyados en las bandas por Juanfran y por Javi Venta, que volvía a la que fue su casa en las últimas ocho temporadas.

La presión del conjunto valenciano atascó la creación del Villarreal, que se vio aturdido por la seriedad y concentración de un Levante aplicado en defensa y por un despliegue rápido y eficaz por las bandas, sobretodo por la derecha, con Venta y Valdo percutiendo la espalda de Capdevila. El Levante dispuso de cuatro claras ocasiones en una primera parte para enmarcar. En la primera Stuani no precisó su remate de cabeza cuando estaba libre de marca en el centro del área de Diego López, que poco después detuvo a Juanfran un nuevo remate de cabeza solo y a escasos metros del portero lucense. Un centro de Venta que tocó en un defensor amarillo estuvo a centímetros de ser gol, los mismos que le faltaron nuevamente a Juanfran en un disparo desde el borde del área.

Se encontró el Villarreal con una situación extraña. Falto de espacios, sin la precisión habitual, con demasiados problemas para dar ritmo a su juego y ante un Levante que cuestionaba la supuesta superioridad amarilla que solo replicó en una acción de Nilmar, que volvía un mes después de ser operado de menisco, que concluyó con un gran remate de izquierda de Rossi que Munúa desvío en una gran intervención apunto de concluir el primer acto.

Con la misma clarividencia que el primer acto, inició el Levante el segundo. El acierto que le faltó en los primeros 45 minuto, lo encontró nada más reiniciarse el juego. Un balón al espacio de Xisco Muñoz y las dudas de Diego López para salir del marco, propició que Valdo se encontrara en una situación soñada que supo aprovechar tras esquivar al portero gallego.

Ni siquiera el gol cambió el guión surrealista. Un Levante, que no renunció a contragolpear, se plantó una y otra vez ante Diego López y un Villarreal, ofuscado sin encontrar el ritmo y la pausa, que terminó con tres delanteros con inclusión del Nicki Bille, danés del filial que hacía su debut en Primera. Fue todo en balde. El Levante siguió con la misma fiabilidad para conseguir un triunfo que le refuerza ante un Villarreal que ha sufrido un aviso.

Villareal 0 - Levante 1